Con las carreteras destruidas y la escasez de combustible, muchos residentes huyeron a pie, en carros tirados por burros o en los pocos vehículos que aún funcionaban en Gaza, llevando las pocas pertenencias que podían.
Israel afirmó que los recientes ataques estaban dirigidos contra militantes e infraestructuras, culpando a Hamás por las muertes de civiles. Mientras tanto, un bloqueo israelí sobre alimentos, medicinas y otros suministros está ahora en su tercer mes, con expertos mundiales en seguridad alimentaria advirtiendo sobre la hambruna en el territorio, donde viven más de dos millones de personas.