Dos veces a la semana, un grupo de pacientes con Párkinson se reúne en el barrio de Lapa para practicar capoeira, una mezcla centenaria de artes marciales, danza y música que estuvo prohibida en Brasil.
Su instructora, Rosi Peixoto, comenzó a usar la capoeira como terapia en 2017. Desde entonces, los participantes han informado mejoras en el equilibrio, el movimiento y la confianza en general.
El Párkinson afecta a alrededor de 200.000 personas en Brasil. Aunque las terapias convencionales siguen siendo vitales, pacientes como Nilma Teles Freitas y Antonio Azevedo dicen que la capoeira les ha dado la fuerza y la alegría que pensaron que habían perdido.