Un concierto de la Orquesta Filarmónica de Israel en París se vio interrumpido por manifestantes propalestinos que activaron alarmas y bengalas dentro del recinto, lo que provocó un breve episodio de pánico y obligó a los músicos a abandonar el escenario.
Cuatro personas fueron detenidas. El Gobierno francés denunció el incidente como antisemita y un atentado contra la libertad de expresión cultural.
Los manifestantes habían pedido previamente la cancelación del concierto, al que calificaron de blanqueamiento cultural de las políticas israelíes.