Europa reprende a España por el uso del catalán pero pasa por alto la política lingüística francesa

Europa reprende a España por el uso del catalán pero pasa por alto la política lingüística francesa
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Por Laura Llach
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¿Tiene razones el Consejo de Europa para criticar la política lingüística de España? Comparamos la situación con la de nuestros vecinos europeos.

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España pierde su posición como modelo en la protección de lenguas cooficiales. Si hace un año, era aplaudido por el cuidado que le ponía a garantizar uno de sus rasgos esenciales, el plurilingüismo -especialmente en la educación superior en catalán-, el último informe del Consejo de Europa presenta un escenario distinto.

En este quinto estudio, las autoridades miden el cumplimiento de la Carta Europea de Lenguas Minoritarias. Un acuerdo, establecido en 1992, para la defensa de todas las lenguas en Europa al que España se adhirió en el año 2001. Y se analiza la gestión del Partido Popular, al frente del gobierno entre los años 2014 y 2016.

Desde Estrasburgo han llegado a la conclusión de que en los juzgados, escuelas, administraciones y hospitales de las distintas comunidades autónomas existen barreras que complican el cumplimiento del tratado europeode protección de las lenguas regionales. Varapalo de la institución que insta al gobierno español a cumplir con los compromisos europeos.

De entre las siete lenguas minoritarias que existen en España, la que peor parada sale es la gallega. En el informe se destaca especialmente la preocupación por el grave retroceso que está sufriendo esta lengua entre los menores.

El gallego se pierde entre los jóvenes

El diagnóstico en la comunidad determina que la población gallegohablante envejece. Aunque no existe ninguna zona en la que la lengua gallega esté ausente, el porcentaje de personas que hablan es mucho mayor entre los que superan la franja de los 55 años. Eduardo Miguel Moscoso, filólogo de la Universidad de Santiago de Compostela, asocia esta cifra al descenso del número de horas de educación escolar en gallego.

Desde hace nueve años, el número de asignaturas impartidas en castellano y gallego tendría que dividirse equitativamente, 50% en cada lengua. Dato insuficiente para la comisión de expertos europeos.

El filólogo coincide con el informe ya que, en la práctica, con la puesta en marcha del modelo de educación trilingüe (castellano, gallego e inglés), la cifra desciende hasta el 33% impartido en gallego. El antiguo sistema educativo, puesto en marcha por los socialistas junto con el Bloque Nacionalista Gallego, no establecía las asignaturas que tenían que impartirse en castellano.

“Ahora hay asignaturas que está prohibido dar en gallego. Todas las técnicas -como matemáticas y ciencias- tienen que darse en castellano, lo cual manda el mensaje de que las materias importantes no pueden ser impartidas en gallego”, subraya Moscoso.

“Ahora hay asignaturas que está prohibido dar en gallego. Todas las técnicas tienen que darse en castellano, lo cual manda el mensaje de que las materias importantes no pueden ser impartidas en gallego”
Eduardo Miguel Moscoso
Filólogo de la Universidad de Santiago de Compostela

Tal y como destaca el informe, esto se agudiza entre los más pequeños. En educación infantil, ni siquiera se habla de porcentajes ya que la lengua en la que se educa a los niños depende de lo que la mayoría de la clase hable en casa.

Según defiende el filólogo, parte de la desgalleguización se debe a que el gobierno del Partido Popular, con Feijóo al frente, no ha fomentado que se cumplan los mínimos de gallego en las aulas.

Éxodo de médicos en Baleares por el catalán

Las Islas Baleares presentan la situación opuesta. A pesar de que, como en las otras comunidades, la normativa escolar establece una división igualitaria entre el número de horas en castellano y en catalán, a la hora de la verdad, los padres de los niños pueden llegar a un acuerdo con el colegio para que predomine la lengua regional.

No obstante, los miembros de esta organización europea están preocupados por la falta de catalán en la administración. Algo en lo que difieren las asociaciones sanitarias que luchan contra una falta de personal sanitario en el sector debido al decreto, que aprobó el Gobierno de Baleares, por el cual los médicos tienen que tener un elevado nivel de catalán para poder ejercer.

La imposición del catalán provocó una huida de especialistas en las islas y además hacía imposible que se importase personal de otras partes de la península. En el primer borrador del decreto, los médicos no podían presentarse ni siquiera a las oposiciones sin acreditar el nivel de catalán.

Más tarde se decidió que podrían empatar los puntos si tenían un doctorado o siete libros de medicina publicados. La realidad de la falta de personal obligó a las autoridades a echar para atrás la medida temporalmente y aprobar una moratoria, aun así, las islas son la única comunidad que cuenta con este nivel de exigencia para médicos.

El fin de la inmersión lingüística en Valencia

El Consejo Europeo también señala a la Comunidad Valenciana por obstaculizar el programa de inmersión lingüística que permitía una educación completamente en valenciano. Esta evaluación se produce en una semana en la que la prensa española ha cuestionado la decisión del gobierno socialista, liderado por Ximo Puig, de no garantizar educación en castellano en las zonas de habla valenciana.

La Consejería de Educación ha echado mano de una sentencia judicial, dictada en Cataluña, por la que cada centro puede alcanzar un 60% de horas lectivas en una de las lenguas oficiales de la comunidad. Si a esto se le suma que el sistema trilingüe obliga a tener entre un 15 y un 25 por ciento de clases en inglés, una de las dos lenguas se queda sin representación en las aulas.

Según los datos recogidos por el informe que presenta la Unión Europea, “la mayoría de los colegios siempre están por debajo del máximo de horas permitidas en valenciano”. En cambio, las autoridades europeas ensalzan la reapertura de la televisión autonómica en la región y enfatizan una mejora significativa en el uso de la lengua.

APEmilio Morenatti

¿Lenguas cooficiales? ‘Pas du tout’

Comparando la situación de las lenguas cooficiales en España con la de nuestros vecinos europeos, Francia se encuentra dentro de los países con más riqueza lingüística de Europa Oriental. El 51% de la población hace uso de las lenguas regionales, sin embargo, la lucha por reconocerlas como cooficiales es una batalla perdida.

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La Constitución establece que la única lengua es la francesa, con lo cual, hace obligatoria su utilización en escuelas públicas, instituciones y sanidad. Aunque el país galo llegó a firmar la Carta Europea de Lenguas Regionales, se negó a ratificar su contenido, con lo cual está exento de cumplirlo.

Hace tres años, unas 20.000 personas de varias regiones francesas –entre ellas el País Vasco francés, Bretaña y Alsacia- exigieron el reconocimiento de dialectos alsacianos, el corso, el euskera, el bretón o el catalán, aprovechando el empuje de las elecciones regionales. ¿La respuesta del gobierno francés? Tumbó la propuesta sin debate parlamentario.

La obsesión con mantener el francés como lengua única, trata de asegurar la “unidad nacional”y ha conseguido que algunas lenguas regionales en este país estén en peligro de extinción. Aún así, determinados políticos han hecho por legislar a favor de las lenguas regionales sin tener mucho éxito debido a la incompatibilidad constitucional.

De manera tímida, las lenguas minoritarias van cogiendo presencia en regiones que tradicionalmente han peleado por mantenerlas vivas. Córcega, Alsacia o Bretaña cuentan con unas pocas escuelas en las que es posible una educación bilingüe.

En Reino Unido predomina el galés

Con casi 875.000 hablantes, el galés se impone como la lengua regional más hablada en Reino Unido. Llama la atención que, a diferencia de muchas otras regiones, el número de personas que hablan la lengua cooficial no ha dejado de crecer. En diez años la cifra ha aumentado en aproximadamente 150.000 personas.

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A finales del sigo XX, el estudio del galés se fijó como obligatorio para todos los alumnos, hasta los 16 años, en las zonas de habla galesa. El miedo a que el idioma se perdiese llevó al Parlamento a aprobar en 1993 el Acta de la Lengua Galesa por el cual se le otorga el mismo estatus que el inglés. La medida consiguió su propósito, reintrodujo la lengua en lugares que se habían convertido casi por completo en anglófonos.

El éxito de esta medida se contagió al gaélico escocés que, desde 2005, se enseña en las escuelas de Escocia a través de Bòrd na Gàidhlig, una institución pública que se encarga de preservar la lengua.

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