Dos millones de hectáreas quemadas este año en los estados de California, Oregón y Washington. Los incendios forestales que afectan a la Costa Oeste estadounidense dejan a su paso un rastro de muerte y destrucción.
Dos millones de hectáreas pasto de las llamas en la Costa Oeste estadounidense.
Portland, la ciudad más poblada de Oregón, registraba este domingo el mayor índice de contaminación de todo el mundo, según los datos facilitados por la sociedad IQAir. Una muestra de la tragedia humana y medioamiental que alcanza dimensiones apocalípticas.
Al menos han muerto 31 personas en los estados de California, Oregón y Washington aunque las autoridades no descartan que el número de fallecidos aumente significativamente.
En algunas localidades como Lyons, situada a 100 kilómetros al sur de Portland, no queda prácticamente nada, sólo escombros entre las cenizas. Algunos de sus vecinos, ayudan a sofocar los pequeños incendios activos.
"Todavía tenemos agua. Vinimos el miércoles por la noche, había agua pero no electricidad. Desde que tenemos agua, somos capaces de sofocar más rescoldos. El fuego nos rodeaba pero desde que tenemos agua la situación no es tan mala como antes", comenta Erik Tucker.
En Oregón, 40.000 personas han tenido que abandonar sus hogares, y hasta 500.000 están afectadas por las órdenes de evacuación.
Como los 3.000 habitantes del municipio de Estacada, también en Oregón. La desolación y el temor a los saqueos ha obligado a organizar patrullas para evitar el pillaje.
Algunos han encontrado refugio en este aparcamiento en las afueras de Portland, temen por su futuro pero siguen con vida.
Sólo en California, el fuego ha calcinado 1,2 millones de hectáreas, un récord. Las autoridades están desbordadas porque la temporada de incendios forestales finaliza, teóricamente, en noviembre.