El ascenso de Joe Biden al primer nivel de la política estadounidense no podría contrastar más con el de su rival; un camino seguro, constante en las filas del partido Demócrata.
El ascenso de Joe Biden al primer nivel de la política estadounidense no podría contrastar más con el de su rival; un camino seguro, constante en las filas del partido Demócrata.
En sus modestos comienzos en Scranton, Pensilvania Biden se licenció en Derecho y trabajó un corto periodo como abogado antes de dedicarse a la política. Se convirtió en uno de los senadores más jóvenes del país en una victoria sorpresa en 1972; el comienzo de una carrera de cuarenta años en Capital Hill.
Pero sufrió un primer golpe brutal, cuando su mujer Neilia Hunter y su hija Amy murieron en un accidente de coche pocas semanas después de su elección para el Senado.
Y sufrió otra desgracia cuando su hijo Beau murió de un tumor cerebral en 2015.
Después de una candidatura presidencial fallida en 1987, Biden presentó de nuevo 20 años después, pero se vio eclipsado por un contrincante invencible. Barack Obama consideró la mayor experiencia de su oponente y lo eligió como su segundo al mando.
Sin tirar la toalla, con la bandera centrista volvió a entrar en la refriega para enfrentarse con candidatos progresistas para la nominación demócrata de 2020.
Después de un comienzo vacilante, logró la victoria contra Bernie Sanders, su principal rival de izquierda.
Con el partido Demócrata aún dividido, Biden comenzó su campaña, y pronto tuvo que defenderse de las acusaciones de corrupción de Donald Trump sobre los negocios de su hijo Hunter en Ucrania. Fue solo una de otros muchos ataques.
El equipo de Trump insistió en retratar al candidato demócrata como un discapacitado mental, un rehén de la izquierda, débil. Trump se burló por dar discursos de campaña desde el sótano de su casa en Delaware.
Trump lo comentaba en sus mítines en estos términos: "No puedo decir lo que va a pasar. Tenemos a un tipo somnoliento en el sótano de una casa al que la prensa le aguanta todo".
Pero Biden salió recuperado de su casa y plantó cara a Trump en un debate televisivo lleno de interrupciones y actitudes despectivas.
Equilibrado y tenaz versus demagógico y extravagante; el público estadounidense no ha tenido dudas al votar entre dos perfiles tan distintos y enfrentados.