Las mujeres deben llevar burkini en las playas y piscinas públicas en Siria. Por su lado, los hombres no podrán exponer su pecho fuera del agua. La decisión ha desatado la ira generalizada de los ciudadanos, que la consideraron un ataque a las libertades y un atraso.
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El Ministerio de Turismo sirio ha publicado nuevas normas que especifican la vestimenta para el baño en playas y piscinas públicas, exigiendo a las mujeres que lleven un burkini o un bañador "más modesto" y a los hombres que no desnuden su pecho fuera del agua.
La decisión, que suscitó una condena generalizada entre los ciudadanos, es vista por muchos como un ataque a las libertades personales y el reflejo de un retraso intelectual incompatible con el espíritu de la época.
Turismo pide "respeto por el gusto público y los valores morales". En la declaración se decía que las mujeres debían llevar "trajes de baño más modestos", como el burkini, y se hacía hincapié en la necesidad de llevar una "bata holgada" cuando se viaja fuera del agua. Para los hombres, el ministerio hizo hincapié en la prohibición del topless en lugares públicos dentro de las instalaciones.
Las circulares admiten excepciones en hoteles y complejos turísticos de lujo, donde se permite el uso de trajes de baño "occidentales normales", siempre que se respete la decencia pública. La medida suscitó un encendido debate en las redes sociales, con opiniones divididas entre los partidarios que ven en la decisión una "protección de la identidad y los valores" y los detractores que la consideran una "injerencia en las libertades personales".
Una mujer de Damasco declaró a 'Euronews' bajo condición de anonimato por motivos de seguridad: "¿Qué vestir, qué sentarse, qué hacer? ¿Quién les ha dicho que no tenemos moral? El mundo ha llegado a Marte, y algunos de estos funcionarios no han salido del siglo XVIII. No estamos en contra del pudor, pero ¿por qué hay que obligar a todo el mundo a tener una sola personalidad? No todo el mundo entiende lo mismo. Esto no es modestia, es atraso".
"La decisión del Ministerio de Turismo parece un intento de imponer un único modelo de comportamiento y vestimenta a una sociedad plural y diferente, sin tener en cuenta la diversidad social ni el derecho personal a elegir", ha declarado Muhannad, un joven de 26 años.
En un momento en que Siria intenta poner orden en una nueva etapa tras la salida de Al Assad y mejorar su imagen ante la comunidad internacional y los turistas, imponer restricciones estrictas a las libertades personales puede tener el efecto contrario, sobre todo en el ámbito del turismo, que se dirige a una diversidad de visitantes y culturas. ¿Puede el Ministerio de Turismo atraer turistas mientras excluye a sus propios ciudadanos en nombre del "gusto público"?