Dos años después del ataque de Hamás contra Israel, las comunidades judía y musulmana en España se enfrentan a dos realidades radicalmente opuestas. A pesar de las diferencias, representantes de ambas coinciden en que la tolerancia es la única salida a esta situación.
Desde que hace hoy justo dos años el grupo terrorista Hamás ejecutó su ataque sorpresa contra Israel, en el que mataron a más de 1.000 personas y cientos fueron tomadas como rehenes, las realidades a las que se enfrentan las comunidades judía y musulmana en España son radicalmente opuestas. Mientras que unos hablan de "empatía", los otros lamentan un antisemitismo que se ha "disparado".
"Me emociona, porque refleja la conciencia moral de un país que conoce el valor de la convivencia", reconoce a 'Euronews' el imán Adil Mohamed Hachmi, responsable de relaciones de la Muslim World League en este país. "España, con su historia de encuentro entre culturas, siente el dolor palestino no desde la ideología, sino desde la empatía".
Hachmi destaca que, desde hace siglos, en la Península Ibérica han coexistido cristianos, judíos y musulmanes y defiende que lo que "ocurre lejos no debe romper la convivencia" que se ha "construido" aquí. "Esa es nuestra mejor respuesta al odio", afirma.
Sin embargo, ese equilibrio imposible amenaza estar estos días con desquebrajarse, en momentos en que gran parte de la sociedad española parece haber tomado un claro partido por uno de los dos bandos que actualmente luchan en la Franja de Gaza: el palestino.
"Desde el 7 de octubre del 23 estamos un poco en shock", lamenta María Royo, directora de comunicación de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), en declaraciones a 'Euronews'. "Durante todo este tiempo, no hemos parado de recibir insultos, amenazas, coacciones, escupitajos... de todo".
La causa palestina en España
La situación de esta comunidad se antoja especialmente complicada en España, un país que en los últimos meses ha dejado clara sus simpatías por la causa palestina, ya no solo desde el Gobierno, que ha reconocido al Estado Palestino y ha defendido imponer un embargo sobre Israel, sino también desde buena parte de la población.
Sin ir más lejos, desde que el Gobierno de Netanyahu interceptó a la Flotilla Global Sumud la semana pasada, cientos de miles de personas han salido a las calles por toda España para reclamar la puesta en libertad de sus activistas y, sobre todo, para exigir el fin de la ofensiva de Israel en Gaza, que ya se ha cobrado la vida de unos 67.00 palestinos.
Royo, que también ejerce de coordinadora del Observatorio Antisemitismo en Madrid, lamenta que, al margen de las acciones del primer ministro Benjamin Netanyahu, "antes de que Israel respondiera, ya había aquí incidentes antisemitas". "Se han disparado. Antes del 7 de octubre del 23, registrábamos incidentes, dos o tres al mes; pero ahora estamos subiendo casos todos los días".
España no está sola en esta tendencia. Según datos de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (EUFRA), en base a una encuesta que se realizó a casi 8.000 personas judías mayores de 16 años en 13 Estados miembros, el 96% de los judíos en el continente sufren el racismo de manera habitual y los ataques antisemitas en Europa han aumentado un 400%.
En este sentido, el principal rabino de Europa, Pinchas Goldschmidt, advirtió a 'Euronews' que "no pasa un día sin que oigamos hablar de ataques contra judíos e instituciones judías" y lamentó que el antisemitismo se ha vuelto "extremadamente peligroso" en los dos años transcurridos desde el ataque contra Israel dirigido por Hamás, que desencadenó la ofensiva en Gaza.
El último caso ha sido el del ataque contra una sinagoga en Mánchester la semana pasada, coincidiendo con la festividad del Yom Kipur, en el que perdieron la vida dos feligreses, antes de que el agresor fuera abatido por las fuerzas del orden.
"Cualquier persona religiosa que sale de su oratorio o de su templo puede saludar al vecino en la puerta, puede intercambiar algunas palabras. Los judíos no pueden", apunta la portavoz de la FCJE. En España, el incremento de casos de antisemitismo ha sido del 300%, aproximadamente, matiza Royo. "¿Se puede vivir así?", se pregunta con tristeza.
Por su parte, el imán Hachmi, sostiene que "la verdadera integración no consiste en parecernos, sino en respetarnos". "Cada musulmán que vive su fe con serenidad y respeto contribuye a ese cambio", sostiene.
El papel de la Justicia
Royo, por otro lado, lamenta que lo que sí echa en falta la comunidad judía, explica, es una cierta "sensibilidad" por parte de las autoridades. Según Royo, en ocasiones, cuando la Justicia recibe denuncias por antisemitismo, les restan importancia por no tratarse de actos violentos. "Pero no se trata de si es grande o pequeño, se trata de delito o no delito; se trata de que hay una comunidad en España que está en el punto de mira".
"El racismo no se combate solo con leyes, sino con ejemplo: mostrando que la fe musulmana y la ciudadanía europea caminan juntas, aportando valores de paz, trabajo y solidaridad", sostiene Hachmi. "Defender la vida y los derechos de los palestinos no es tomar partido en una guerra; es defender los principios universales de justicia y dignidad".
Sin embargo, la portavoz de la FCJE, Royo, cree que España, de alguna manera, si bien "no es que sea como Palestina", sí que ha tomado partido, en buena medida, porque culpan al pueblo judío de las acciones de un Gobierno específico, sin apreciar que su comunidad, al igual que su país, no es "monolítica". "Sí, Israel es el país judío, el único país judío del mundo, pero no es exclusivo, es inclusivo".
"Una cosa son las políticas de Israel, las decisiones del Gobierno de Israel, las acciones del Gobierno de Israel. Y otra cosa son los judíos, ingleses, franceses, españoles, argentinos", sostiene.
Hachim coincide en que cada comunidad tiene sus propios matices y destaca que la fe que los musulmanes profesan en España "es el islam de la misericordia, la razón y la justicia". "Que el mundo escuche esta verdad sencilla: la fe auténtica no divide a la humanidad, la eleva", concluye.