Al menos el 87% de los habitantes de los suburbios de la metrópolis manifestan su apoyo a la macroperación en la que murieron más de un centenar de personas. La aprobación se reduce a la mitad en el resto de Río de Janeiro.
La valoración que hacen los habitantes de Río de Janeiro con respecto a la última gran redada contra narcobandas en la que murieron más de 130 personas es positiva, según una reciente encuesta del instituto Datafolha.
Hasta el 57% de los habitantes de la ciudad y de la región metropolitana consideran que la macrooperación contra el conocido como Comando Vermelho, que tuvo lugar en las favelas de Penha y Alemão, fueun "éxito". El instituto interrogó a 626 residentes de la región. Entre los entrevistados, el 48% dice que la operación"estuvo muy bien ejecutada", el 21% que estuvo "regular", identificando fallos, y el 24% considera que estuvo "mal ejecutada". Otro 7% dijo no saber cómo evaluarla.
Ante la pregunta de quiénes eran los muertos, el 50% cree que la mayoría eran delincuentes, el 31% dice que todos eran narcos, un 4% considera que los presuntos criminales eran una minoría y solamente un 1% piensa que ninguno de ellos estaba implicado en actividades ilegales. Otro 13% no sabe qué contestar.
En otro estudio de opinión realizado por AtlasIntel, el 87,6% de los habitantes de las favelas de Río de Janeiro dice apoyar la operación llevada a cabo en el norte de la ciudad carioca. Solo el 12,1% de los entrevistados lo valora negativamente.La aprobación cae bruscamente entre el resto de la población de Río, aunque la mayoría está a favor. El 55% de los ciudadanos de Río de Janeiro aprueba la intervención policial, mientras que el 40,5% está en contra de la actuación de las autoridades; un 4,5% no contesta.
A escala nacional, más del 80% de los habitantes de favelas de otras ciudades también dan su apoyo a esta acción. Entre la población general que no vive en favelas, la aprobación desciende al 51,8%.
La macrooperación policial, que movilizó a 2.500 agentes, tenía como objetivo combatir al Comando Vermelho, una de las mayores facciones del narcotráfico en Brasil. La operación se convirtió en la más mortífera de la historia del estado, con 121 muertos (117 civiles y cuatro policías) según el Gobierno de Río de Janeiro.
Las cifras de la policía son inferiores a las presentadas por la Defensoría Pública de Río de Janeiro, que afirma que murieron 132 personas toda vez que los residentes de los barrios afectados empezaron a reunir y a exponer decenas de cadáveres en una plaza de la ciudad**.** El suceso ha generado fuertes protestas en Brasil y ha llevado a la ONU y a diversas organizaciones de derechos humanos a pedir investigaciones independientes.
Una quinta parte de los brasileños mayores de 16 años vive en zonas de influencia del crimen organizado
Las bandas criminales y milicias, como el Primer Comando de la Capital (PCC) o el Comando Vermelho, están cada vez más presentes en el territorio brasileño y yaforman parte de la vida de, al menos, 28,5 millones de personas.
El 19% de la población del país compra alimentos a proveedores designados por una banda y le paga su alquiler y suministros bajo coacciones. Los datos proceden de una encuesta realizada por Datafolha y encargada por el Foro Brasileño de Seguridad Interna, que en junio entrevistó a más de 2.000 ciudadanos mayores de 16 años de todas las regiones de Brasil, en un estudio con un margen de error de alrededor del 2%.
La investigación señala que la población afrodescendiente se declara más afectada que los ciudadanos blancos (23% frente a 13%), pero no dice en qué regiones dominan más estas organizaciones criminales. Los que dicen sufrir el crimen organizado también afirman convivir con la presencia de cementerios clandestinos: el 8% de los interrogados por el estudio admite que tiene o ha tenido familiares o conocidos desaparecidos. Es en estos lugares donde se esconden muchos de estos cuerpos.
Además de estas fosas comunes, persisten las llamadas 'cracolândias': mercados al aire libre donde se venden y consumen drogas. El 27% de la población, alrededor de 45 millones, dice pasar por uno de estos lugares en su trayecto diario a instituciones educativas o su trabajo. En cuanto a la violencia propiamente dicha, el 16% de los entrevistados afirma haber sido testigo de violencia policiaco-militar.