El fabricante alemán de automóviles mantiene sin cambios su previsión anual, pese a registrar un fuerte desplome de los beneficios de la compañía por un pobre resultado en la segunda economía global y los aranceles impuestos por la primera.
Mercedes-Benz ha anunciado este miércoles una caída interanual del 31% en sus beneficios del tercer trimestre, mientras lidia con sus débiles ventas en China y los aranceles a sus envíos a Estados Unidos.
Su beneficio se ha reducido en 1.190 millones de euros desde los 1.710 de 2024, mientras que los ingresos descendieron un 7% hasta los 32.150 millones. El EBITDA ajustado (queexcluye ciertos ingresos o gastos que no son recurrentes tras restar impuestos o intereses de préstamos) retrocedió un 17% hasta los 2.100 millones.
No obstante, la empresa germana con sede en Stuttgart mantiene sus previsiones para el año y su consejero delegado, Ola Källenius, ha restado importancia al retroceso del beneficio. "Los resultados del tercer trimestre están en línea con nuestras previsiones para el conjunto del año", ha afirmado.
Källenius ha añadido que su programa de lanzamientos de producto avanza según lo previsto, y que siguen "centrados en mejorar la experiencia del cliente y en ganar eficiencia en toda la compañía".
El empresario sueco ha añadido que continuará con una recompra de acciones de hasta 2.000 millones de euros, aprobada a principios de este año. Como otros fabricantes europeos, Mercedes lidia con aranceles más altos en sus envíos a Estados Unidos, y la débil demanda china también está presionando sus márgenes de beneficios: las ventas cayeron un 27 % en el país. La competencia de rivales como BYD y Xiaomi tampoco ayuda, ya que a los fabricantes europeos les cuesta batir a las empresas chinas en precio.