La canción 'Danger Zone' de Loggins, de la banda sonora de 'Top Gun', se utilizó en el "repugnante" vídeo publicado por Trump en respuesta a las históricas protestas del pasado fin de semana. No es, ni mucho menos, el primer artista que protesta por el uso que el mandatario hace de su música.
Kenny Loggins ha reaccionado a la utilización por Donald Trump de su canción "Danger Zone" en el "repugnante" vídeo generado por inteligencia artificial (IA) difundido por el presidente, en el que se le ve llevando una corona, pilotando un caza y bombardeando con heces a una multitud de manifestantes.
El vídeo se publicó como respuesta a las multitudinarias protestas que, bajo el lema 'No Kngs' ('No a los reyes'), tuvieron lugar el sábado en todo Estados Unidos. El cantautor estadounidense, que grabó la exitosa canción para la banda sonora de la película 'Top Gun', de 1986, ha exigido que se retire el vídeo de Trump por cuestiones de derechos de autor.
"Se trata de un uso no autorizado de mi interpretación de 'Danger Zone'. Nadie me pidió un permiso -que yo habría denegado- y pido que mi grabación en este vídeo sea retirada inmediatamente", esgrimió Loggins en una declaración a la revista 'Variety'. "No puedo imaginar por qué alguien querría que su música se utilizara o se asociara con algo creado con el único propósito de dividirnos. Demasiada gente está intentando separarnos, y necesitamos encontrar nuevas formas de unirnos".
"Todos somos estadounidenses, y todos somos patriotas. No hay 'nosotros y ellos'. Eso no es lo que somos, ni es lo que deberíamos ser. Somos todos nosotros. Estamos juntos en esto, y espero que podamos abrazar la música como una forma de celebrar y unir a todos y cada uno de nosotros", zanjó el cantautor.
El vídeo ha provocado una gran indignación en internet, donde muchos han expresado su consternación por la forma en que muestra el claro desdén de Trump hacia las personas que ejercen su derecho a protestar.
Muchos usuarios de las redes sociales acusaron a Trump de tener "la madurez y el decoro de un niño de 12 años", mientras que otros comentaron: "No puedo creer que sea presidente de un país".
Muchos mensajes también señalaban que el "infantil" y "repugnante" mensaje de Trump en AI suponían una representación fidedigna de sus sentimientos genuinos hacia el pueblo estadounidense. "Te dice todo lo que necesitas saber sobre lo que piensa del pueblo de Estados Unidos, que es, de hecho, Estados Unidos", comentó una persona, mientras que otra añadió: "Que se caga en el país es lo más honesto que ha publicado nunca".
Una larga lista de agravios
Esta no es ni mucho menos la primera vez que Trump y su Administración utilizan el trabajo de artistas sin autorización. Hay una extensa lista de músicos que se han opuesto al uso autorizado de sus canciones por parte de Trump. Entre ellos se encuentran ABBA, The Rolling Stones, Bruce Springsteen, Rihanna, Neil Young, R.E.M., Woodkid, Beyoncé y Semisonic.
Los responsables de gestionar el legado de Sinead O'Connor ya había emitido órdenes de cese y desistimiento contra Trump, mientras que el de Isaac Hayes le demandó por 134 violaciones de derechos de autor. Céline Dion también condenó el uso de su canción 'My Heart Will Go On', de la oscarizada película 'Titanic', en uno de los mítines de Trump.
Otra banda que añadió su nombre a la cada vez más larga lista de artistas que han demandado a Trump por el uso ilegal de sus canciones en vídeos de campaña fue The White Stripes. El año pasado, la banda de rock denunció la "flagrante apropiación indebida" de su éxito 'Seven Nation Army'.
El ejemplo más reciente hasta la fecha es el de Metallica, que obligó al Gobierno estadounidense a retirar un vídeo en las redes sociales que utilizaba su canción 'Enter Sandman' sin autorización. Las protestas 'No Kings' de este fin de semana vieron a millones de estadounidenses marchar contra la Administración Trump, oponiéndose a la "toma de poder autoritaria" del presidente.
La protesta del 18 de octubre, la tercera movilización masiva desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, congregó a casi siete millones de personas en los 50 estados, según los organizadores. Esta cifra la convertiría en la mayor movilización en un solo día contra un presidente estadounidense en la historia moderna.