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Los habitantes del norte de Grecia se rebelan contra el auge de osos y lobos

Un oso pardo mira desconcertado a la cámara
Un oso pardo mira desconcertado a la cámara Derechos de autor  Giannis Papanikos / AP
Derechos de autor Giannis Papanikos / AP
Por Ioannis Karagiorgas
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El número de encuentros entre personas y animales salvajes, incluso en zonas residenciales, ha aumentado en los últimos años. Los osos pardos no son agresivos, salvo si se ven sorprendidos por una aparición humana que no se esperan o se interactúa con sus crías.

El encontronzado con varios animales muertos de su finca fue impactante para el granjero Anastasios Kasparidis. Las grandes huellas en el suelo no dejaba lugar a dudas: habían sido abatidos por un oso pardo, un visitante antaño poco frecuente pero ahora cada vez más común en el norte de Grecia.

Los ecologistas celebran la recuperación de las poblaciones de osos y lobos gracias a la designación de especies protegidas que prohibió su caza. Sin embargo, algunos agricultores y habitantes de zonas rurales dicen temer ahora por sus medios de vida y, en algunos casos, por su seguridad. Estos reclaman una mayor protección, sosteniendo que la conservación de la naturaleza ha llegado demasiado lejos y presionan para que se levanten las restricciones.

Los osos pardos han experimentado una notable recuperación. Su número se ha multiplicado casi por cuatro desde la década de 1990. Hoy, hasta 870 osos pardos deambulan por los bosques del norte de Grecia, según el estudio más reciente de Arcturus, una organización ecologista fundada en 1992 que ofrece refugio a osos y lobos rescatados.

Y no solo hay osos. Los lobos también han visto aumentar su número. Según los expertos, una combinación de factores como la reducción de la caza o inviernos más suaves les ha llevado a reproducirse a un ritmo más rápido.

Un lobo griego curiosea a través de una verja
Un lobo griego curiosea a través de una verja Giannis Papanikos / AP

Además, la visión de una docena o más de jabalíes caminando por las aceras o resoplando por los parques ya no extraña en muchas partes del país. El mayor número de animales salvajes también ha provocado un mayor contacto con las personas: la gran mayoría de las cuales desconoce cómo comportarse durante un encuentro de este tipo.

Esta falta de familiaridad ha provocado temor en algunas comunidades, sobre todo tras un pequeño número de incidentes graves este año: un niño mordido por un lobo, un anciano herido por un oso en su patio trasero, un excursionista atacado por otro 'ursus arctos' y otro que murió tras precipitarse por un cañón durante un encuentro con un oso.

En Levia, un pueblo de unos 660 habitantes rodeado de campos en el noroeste de Grecia, se registraron varios encuentros con osos en octubre. Además, los jabalíes suelen merodear por el pueblo.

La situación es similar en el cercano pueblo de Valtonera, a 170 kilómetros al oeste de Tesalónica, la segunda ciudad de Grecia. "El pueblo solía carecer de animales salvajes. Antes aparecía un lobo de vez en cuando", explica el presidente de la comunidad, Konstantinos Nikolaidis. Ahora jabalíes, zorros, osos o lobos deambulan por los alrededores o incluso dentro del pueblo, señala. La creciente población de jabalíes, por su parte, ha dado lugar a peticiones de ampliación de la temporada de caza.

Dos osos jóvenes se pelean entre el follaje otoñal
Dos osos jóvenes se pelean entre el follaje otoñal Giannis Papanikos / AP

Los expertos señalan que no es solo el mayor número de animales salvajes lo que ha provocado la invasión de las zonas urbanas. Son muchos los factores que influyen, dicen, desde la pérdida de hábitat por los incendios forestales hasta las molestias sonoras de las turbinas eólicas y los vehículos, pasando por los animales alentados por la disminución de la población humana en los pueblos.

"Hay una fragmentación natural del hábitat de los osos: menudo hay sequía, falta comida en el entorno natural, hay desertización de los pueblos que hace que las zonas residenciales sean más atractivas para los osos, por lo que se acercan y encuentran comida", explica Panos Stefanou, responsable de comunicación de Arcturus.

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