Inicialmente dados de lado, los europeos quieren volver a las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, aprovechando cuestiones clave que sólo pueden resolverse con su consentimiento.
El plan de paz de 28 puntos redactado por Estados Unidos y Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania sorprendió a los europeos por sus amplias disposiciones, percibidas como demasiado favorables para Rusia. Las condiciones también implicaban una pérdida de control de los europeos sobre su propio marco de seguridad y les privarían de puntos clave de influencia sobre Moscú.
La UE y sus aliados presionan ahora para tener voz en lo que vendrá después, sobre todo en asuntos que requerirían su participación, desde las sanciones hasta las garantías de seguridad. Estas son las cuestiones clave de las conversaciones que afectan directamente a los europeos:
La adhesión de Ucrania a la OTAN en el punto de mira
Ucrania aspira desde hace tiempo a entrar en la OTAN, la alianza transatlántica que protege a sus miembros con una cláusula de defensa colectiva. Ucrania considera el Artículo 5 como la disuasión más poderosa contra futuras agresiones.
A principios de año, el secretario general, Mark Rutte, habló de un "camino irreversible de Ucrania hacia la entrada en la OTAN", pero la hoja de ruta para Kiev no está nada clara y no hay consenso entre los aliados. Para Moscú, la adhesión de Ucrania sería una línea roja.
El borrador del plan filtrado la semana pasada, incluía una cláusula para mantener a Ucrania fuera de la Alianza para siempre. "Ucrania acuerda consagrar en su constitución que no entrará en la OTAN, y la OTAN acuerda incluir en sus estatutos una disposición por la que Ucrania no será admitida en el futuro", decía.
La redacción de la frase cayó mal entre los europeos, ya que impondría de hecho un veto ruso a la Alianza, lo que podría sentar un peligroso precedente. Los europeos insisten en que cualquier decisión que afecte a la OTAN debe ser tomada únicamente por sus aliados.
Esta lógica se aplicaría también a otro elemento del plan de paz: el posible despliegue de tropas de la OTAN en suelo ucraniano. Esta idea fue inicialmente lanzada por la coalición de voluntarios, liderada por Francia y el Reino Unido.
En septiembre, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que 26 países habían acordado enviar tropas a Ucrania como parte de una "fuerza de seguridad" o para proporcionar asistencia en tierra, mar o aire como parte de futuras garantías de seguridad.
Alivio de las sanciones para la maltrecha economía rusa
La Unión Europea ha impuesto 19 paquetes de sanciones sobre Rusia en un esfuerzo por paralizar la capacidad de este país para financiar la guerra. Las sanciones son amplias y complejas y abarcan importaciones, exportaciones, banca, energía, transporte, defensa, servicios y medios de comunicación, así como una lista negra de más de 2.700 personas y entidades acusadas de colaborar con la maquinaria bélica rusa.
El alivio de las sanciones siempre ha ocupado el primer lugar en la lista de deseos del Kremlin. Un primer intento en marzo fue firmemente rechazado por Bruselas. Ahora vuelven a intentarlo: el plan de 28 puntos habla de levantar las sanciones "por etapas y caso por caso".
Que el indulto económico llegue a producirse dependerá en gran medida de la UE, que gobierna el mayor régimen de sanciones entre los aliados occidentales. Funcionarios y diplomáticos son reacios a suspender las sanciones tan rápidamente y sin garantías de que Rusia no vuelva a atacar Ucrania.
A medida que avanzan las conversaciones, se espera que el bloque presione para que se establezca un calendario largo y cuidadosamente diseñado que le permita reimponer las duras sanciones en cualquier momento. Aunque se concediera la exención, algunos componentes cruciales exceden el ámbito de las sanciones. La UE trabaja actualmente en una eliminación irreversible de todas las compras de energía rusa para 2028.
Activos inmovilizados del Banco Central ruso
Ninguna sanción ha dado al bloque mayor influencia que la inmovilización de los activos del Banco Central ruso, por valor de la friolera de 210.000 millones de euros en todo el territorio de la UE.
Los activos congelados están en la vanguardia de un audaz plan para emitir un préstamo de reparaciones que pueda cubrir las necesidades financieras y militares de Ucrania para 2026 y 2027. Dado que Estados Unidos ha disminuido significativamente su apoyo a Ucrania, el peso recae enteramente en la UE.
El préstamo de reparaciones utilizaría los saldos de caja generados por los activos rusos y sólo se devolvería si Moscú aceptara compensar los daños de guerra. Pero el plan de 28 puntos publicado la semana pasada da un vuelco radical al guión, ya que prevé dividir los activos en dos fondos de inversión separados que permitirían, tanto a EE.UU. como a Rusia, beneficiarse comercialmente. Esto ha causado indignación y consternación entre los europeos, que ven en los activos su herramienta más poderosa para hacer pagar a Rusia los daños causados.
Con las negociaciones avanzando a un ritmo acelerado, los europeos insisten en que los activos no pueden descongelarse fácilmente y que Rusia debe pagar una compensación en forma de reparaciones. Un funcionario declaró a 'Euronews' que el plan publicado la semana pasada era una "brutalidad económica". António Costa, presidente del Consejo Europeo, dijo que a mediados de diciembre se tomaría una decisión sobre cómo tapar el agujero financiero de Ucrania.
Reintegración global de Rusia en el G8
El plan de 28 puntos también establece que Rusia debe ser invitada de nuevo al G8, una medida que pondría fin al aislamiento del presidente Vladímir Putin de la escena internacional y de las grandes potencias mundiales. El presidente Donald Trump ha declarado públicamente que apoyaría el regreso de Rusia.
Rusia fue suspendida indefinidamente del G8 en 2014 tras la anexión de Crimea. El grupo fue rebautizado como G7 y desde entonces ha mantenido el nombre. "Putin habla conmigo, no habla con nadie más porque se sintió insultado cuando le echaron del G8", dijo Trump en junio, calificando la expulsión de "gran error".
Al tratarse de una organización basada en el consenso, la incorporación de Rusia al grupo requeriría la aprobación de todos los miembros actuales, entre ellos Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Japón, además de la UE. La incorporación de Rusia representaría un fracaso de su política de aislamiento como castigo por atacar Ucrania. Los analistas sostienen que tal medida equivaldría a una amnistía política para Putin.
Adhesión de Ucrania a la UE
Moscú se opone rotundamente a la adhesión de Ucrania a la OTAN, pero no tanto a su ingreso en la UE. Los estadounidenses también están a favor de esta posibilidad, como premio de consolación para Kiev. "Ucrania reúne las condiciones para ingresar en la UE y recibirá un acceso preferente a corto plazo al mercado europeo mientras se debate esta cuestión", reza el actual plan.
Bruselas ha dicho que la adhesión se basa exclusivamente en los "méritos" y no es fruto de la política ni de acuerdos externos. Como en el caso de las sanciones, la adhesión depende totalmente de la unanimidad.
Aunque Ucrania ha realizado progresos técnicos gracias a las reformas estructurales, el veto de Hungría ha impedido al país grandes avances este año. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, declaró el fin de semana que corresponde a Kiev decidir cómo serán sus futuras alianzas, no la presión exterior. "Ucrania debe tener la libertad y el derecho soberano de elegir su propio destino (...) Han elegido un destino europeo".