Nuevas inundaciones en zonas cercanas a Teherán, la capital de Irán, dejan al menos siete muertos y catorce desaparecidos este jueves.
Más de quinientas han sido evacuadas a "zonas seguras".
El desastre se debe a las fuertes lluvias caídas desde el miércoles. Además de los elevados volúmenes de agua, han provocado corrimientos de tierra, donde los coches han quedado atrapados en el barro.
Los equipos de búsqueda no descartan que los desaparecidos hayan podido quedar enterrados bajo el lodo.
El presidente iraní, Ebrahim Raissi, ordenó al gobernador de Teherán que tomara las medidas necesarias para advertir a los residentes de los peligros.
No es la primera vez que esto sucede en Irán. Pese a ser un país mayoritariamente árido, en 2019, las lluvias torrenciales en el sur de Irán mataron a más de 75 personas y causaron unos daños estimados en 2 000 millones de dólares.