El ataque, uno de los más mortales de las últimas semanas, devastó un edificio residencial, destruyendo 30 apartamentos en un solo bloque y dejando a decenas sin refugio. Los equipos de Emergencia trabajaron durante la noche, rescatando a los supervivientes de entre los escombros.
Se desataron incendios en dos distritos después de que los restos de drones interceptados cayeran sobre la ciudad. El ministro del Interior de Ucrania, Ihor Klymenko, quien visitó el lugar, confirmó que un ciudadano estadounidense estaba entre los fallecidos tras ser alcanzado por metralla.
El ataque ocurrió mientras el presidente Zelenski se preparaba para asistir a la cumbre del G7 en Canadá, donde se espera que Ucrania solicite más apoyo.