Los restos de Lucy, de 3,2 millones de años, y los de Selam, un ejemplar juvenil, se exhiben ahora en el Museo Nacional de Praga como piezas centrales de una nueva exposición, 'Las personas y sus ancestros'. Su descubrimiento transformó la comprensión de la evolución humana, revelando evidencias tempranas de la marcha erguida.
Considerados generalmente como tesoros nacionales y raramente trasladados, Lucy solo había salido de Etiopía una vez antes, mientras que Selam nunca había sido exhibido en el extranjero. La muestra en Praga estará abierta hasta finales de octubre y ya ha atraído a grandes multitudes.