La manifestación, liderada por estudiantes, marcó diez meses desde el colapso de una marquesina de hormigón en la estación de tren de Novi Sad que mató a 16 personas. El desastre provocó indignación nacional y acusaciones de corrupción y negligencia.
Los manifestantes piden elecciones anticipadas, investigaciones transparentes y rendición de cuentas, así como medios de comunicación libres.
El movimiento coincidió con el viaje de Vucic a China, donde se está reuniendo con líderes mundiales, mientras que sus seguidores organizaron contramanifestaciones en varias ciudades serbias durante el fin de semana, mostrando profundas divisiones en el país.