El sexo del recién nacido aún no ha sido determinado, para proteger el vínculo con su madre, Ibera, de seis años, quien todavía lo lleva en su espalda, tanto en los recintos interiores como exteriores de la sección de Sudamérica del zoológico.
El padre, Yavi, de 14 años, se mantiene separado de ambos porque los osos hormigueros machos pueden representar un riesgo para los animales jóvenes.
El zoológico indicó que la cría sigue aferrada fuertemente a la espalda de Ibera con sus garras, y su pelaje se mezcla con el de ella, lo que la hace casi invisible. En cuanto a Yavi, los funcionarios del zoológico dijeron que ya es padre de cuatro y abuelo.
Los osos hormigueros gigantes están catalogados como “vulnerables” en la Lista Roja de la UICN, con su población disminuyendo en partes de Sudamérica.