El Gobierno griego ha anunciado que no tramitará solicitudes de asilo durante un mes y deportará a sus países de origen a quienes entren irregularmente en su territorio
Cuarto día de tensiones en la frontera greco-turca tras una noche de enfrentamientos entre la policía griega y los migrantes animados por Turquía a cruzar.
Miles de personas han pasado la noche en los alrededores de la ciudad turca de Edirne esperando a poder cruzar la frontera. Les han convencido de que no hay vigilancia y no les dejan dar marcha atrás.
"La vida es una lucha aquí, la economía es tan mala, todo es tan caro. No puedo arreglármelas, aunque trabajes tu salario no es suficiente, así que intentamos ir a Grecia", cuenta Erdal, un ciudadano turco.
Desde Turquía se han fletado autobuses para distribuir grupos de migrantes a lo largo de la frontera y, previo pago de 50 euros, los traficantes les ayudan a cruzar el río Evros.
El Gobierno turco presiona a Europa asegurando que más de cien mil personas han salido del país.
Recep Tayyip Erdogan, Presidente de Turquía, dijo que después de que abrieran las puertas, "hubo múltiples llamadas diciendo 'cierra las puertas'. Les dije 'ya está hecho'. Ya está hecho. Las puertas están ahora abiertas. Ahora, ustedes tendrán que cargar con su parte'".
En las últimas horas, cerca de un centenar de personas han sido detenidas tras cruzar a Grecia. La mayoría afganos, pakistaníes y somalíes.
El Gobierno griego ha anunciado que no tramitará solicitudes de asilo durante un mes y deportará a sus países de origen a quienes entren irregularmente en su territorio.