Aun no hay fecha de reapertura y las subvenciones apenas dan para pagar un tercio de lo necesario para que los locales permanezcan abiertos.
Las ollas están limpias, los cuchillos listos para picar...pero el largo invierno para la hostelería británica no termina. Luke Garnsworthy regenta un restaurante y tiene la receta en para sobrevivir: "Determinación tenaz y bolsillos profundos. Mantener cerrada nuestra empresa cuest a unas 20.000 libras. Creo que en total recibimos unas 5000 libras al mes en subvenciones. Eso es un déficit de 15 mil libras.".
A diferencia del primer cierre, las ayudas estatales ya no son tan generosas."El Gobierno lo pagó todo. Simplemente cerramos y todo estaba resuelto. Esta vez es mucho más difícil. El Gobierno pagará la parte salarial, pero todavía tenemos que pagar el seguro nacional y las pensiones. Así que son 10.000 libras al mes sólo para mantener al equipo y ganar algo de dinero."
Estaba previsto que el tercer cierre ya hubiera finalizado. Pero el Gobierno está siguiendo el consejo de los expertos en salud de no hacer ninguna estimación sobre la reapertura.
"No se puede planificar. No se puede ir al banco a por un dinero extra. No es posible pedirle ayuda al casero para el alquiler porque nadie sabe cuándo se acabará. Puedo entender que los expertos en salud quieran tomar esa decisión más adelante, pero nadie espera que el gobierno determine una fecha exacta y que se ciña a ella, aunque sí una indicación de cuándo podremos reabrir, la desescalada, la secuencia de la reapertura, acabar con la incertidumbre para dar a las empresas una oportunidad de sobrevivir.", explica Kate Nichols, directora ejecutiva de UK Hospitality, la patronal del sector.
La persistencia de los empresarios
Luke no se va a echar atrás: "Tenemos planes para abrir desde abril hasta septiembre, varios modelos diferentes. Empecé esto desde cero con mi mujer hace cinco o seis años. No voy a renunciar a ello y seguiremos luchando."
A la pregunta sobre su control del ahorro, Luke responde: "Cualquier persona a la que debamos dinero podría llamar a la puerta en cualquier momento. Pedimos un préstamo considerable para abrir nuestro restaurante de Henley el año pasado, justo al principio de la pandemia. Nunca llegó a abrir. Y deberíamos pagarles ahora. Hasta ahora se han portado bien, pero todo podría cambiar."
Muchos en este sector, habiendo levantado sus negocios desde cero, harán todo lo posible para mantenerlos vivos. Pero no todo está bajo su control. Y hasta cuatro de cada diez propietarios de negocios de hostelería, según la patronal, temen que puedan quebrar a mediados de año.