Abogando por una rápida aplicación del Pacto Europeo sobre Asilo y Migración, así como por la revisión de la directiva del retorno, el ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, fija su postura política en su primer Consejo de la UE.
Bruno Retailleau, el novato del Consejo de la Unión Europea, participó el jueves 10 de octubre en su primera reunión de ministros europeos del Interior. Antes de dar sus primeros pasos en el escenario comunitario, el representante francés ya había fijado su postura política: quiere una política migratoria más firme.
A su llegada a Luxemburgo, el antiguo presidente de Los Republicanos en el Senado francés aseguró que habría convergencia europea para proteger a los ciudadanos "de los choques migratorios". Para Eric Maurice, analista del Europe Policy Centre, Retailleau responde a la garantía política que debe aportar en el seno del Gobierno francés en minoría, sobre el que planea constantemente la sombra de la extrema derecha.
Retailleau: Una promesa para la (extrema) derecha
Tras las elecciones legislativas anticipadas en Francia, ningún grupo obtuvo la mayoría absoluta. El bloque de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) quedó en cabeza, por delante del bando presidencial, Juntos por la República, y el de ultraderecha, Agrupación Nacional (RN).
Los Republicanos, encabezados por el primer ministro y el ministro del Interior, obtuvieron el 6% de los votos. La supervivencia política de este equipo, que se apoya en el centro presidencial y los democristianos, depende por tanto de los partidos ajenos a la coalición. "Bruno Retailleau es una promesa para la derecha francesa y la extrema derecha en términos de discurso, ya que Bruno Retailleau es bastante duro en cuestiones de inmigración", explica Maurice.
Tras haber reivindicado el Pacto Europeo sobre Asilo y Migración, adoptado la primavera pasada tras años de difíciles negociaciones, Bruno Retailleau pide ahora que se aplique lo antes posible, o incluso "por adelantado". El ministro francés también quiere revisar la directiva del retorno, cuyo principio rector es devolver a todos los migrantes irregulares a su país de origen o de tránsito. Este texto, adoptado en 2008, fija también la duración de su detención y el tratamiento de los menores.
La normativa "está mal llamada porque, en realidad, la directiva del retorno impide muchas devoluciones", afirma Bruno Retailleau. El ministro francés del Interior "no descarta ninguna solución a priori" para trasladar a los migrantes a centros fuera de la Unión Europea, en línea con el acuerdo entre Italia y Albania. "Hay que recurrir a todas las soluciones innovadoras", asegura.
Un planteamiento con eco en toda Europa
Este planteamiento radical tiene eco en toda Europa, donde la extrema derecha gana terreno en las urnas de varios países miembros: Alemania ha reintroducido controles en sus fronteras terrestres, Países Bajos está reformando su política de asilo y Hungría fue multada con 200 millones de euros en junio por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, acusada de "evasión sistemática y deliberada" de la política europea de asilo.
"Quizás Bruno Retailleau vio en ello una oportunidad política", admite Eric Maurice. Sin embargo, "creo que tiene una visión principalmente nacional. Además, es una persona poco conocida en la escena política nacional. Estaba en el Senado, era el líder del grupo de derechas en el Senado. Pero necesita forjarse una posición política nacional. Necesita afirmar su identidad política. Creo que estamos hablando de una postura proactiva para marcar su territorio político dentro de la coalición".
Bruno Retailleau también suscitó polémica sobre el Estado de derecho. En su opinión, este principio "no es intangible, ni sagrado", comentario rápidamente rebatido por el primer ministro francés, Michel Barnier. Sin embargo, estos exabruptos parecen haber convencido al líder soberanista húngaro. Viktor Orbán admitió ante la prensa en el Parlamento Europeo de Estrasburgo que sentía "un gran respeto" por el ministro francés.