Al menos seis personas murieron y 86 resultaron heridas después de que varias zonas de la capital yemení, Saná, fueran alcanzadas por ataques aéreos israelíes, según el Ministerio de Sanidad, dirigido por los hutíes.
Una serie de ataques aéreos israelíes golpearon la capital yemení de Saná el domingo, días después de que los rebeldes hutíes dispararan un misil contra Israel que sus militares describieron como la primera bomba de racimo que los rebeldes lanzaban contra ellos desde 2023.
Al menos seis personas murieron y 86 resultaron heridas tras ser alcanzadas varias zonas de Saná, según el Ministerio de Sanidad, dirigido por los hutíes y respaldado por Irán.
El Ejército israelí comunicó que había atacado las centrales eléctricas de Asar e Hizyaz, calificándolas de "importantes instalaciones de suministro eléctrico para actividades militares", junto con un emplazamiento militar donde se encuentra el palacio presidencial. Residentes de la capital afirmaron haber oído explosiones cerca de una academia militar clausurada y del palacio presidencial.
Los hutíes llevan más de 22 meses lanzando misiles y aviones no tripulados contra Israel y atacando barcos en el mar Rojo, afirmando que atacaban por solidaridad con los palestinos en medio de la guerra en curso en Gaza.
El subdirector de la oficina de medios de comunicación hutí, Nasruddin Amer, prometió continuar los ataques contra Israel, escribiendo en las redes sociales que "nuestras operaciones militares de apoyo a Gaza no cesarán, si Dios quiere, a menos que se ponga fin a la agresión y se levante el asedio".
Los últimos ataques contra Saná se producen después de que los hutíes afirmaran haber lanzado el viernes un misil contra Israel, cuyo objetivo era el aeropuerto Ben Gurion, el más importante del país. No se informó de daños ni heridos.
Un oficial de la Fuerza Aérea israelí, que habló bajo condición de anonimato en consonancia con las normas militares, calificó el proyectil del viernes de nueva amenaza: una munición de racimo, destinada a detonar en múltiples explosivos al impactar.
El uso de bombas de racimo dificulta la interceptación y representa una tecnología adicional proporcionada a los hutíes por Irán, afirmó el funcionario.