Zelenski insta de nuevo a sus aliados a aumentar la colaboración para contrarrestar los ataques mediante más sistemas de defensa antiaérea para el país.
Las fuerzas rusas han lanzado una oleada de ataques con bombas planeadoras y aviones no tripulados contra la segunda ciudad más grande de Ucrania durante la madrugada del martes, dañando un hospital e hiriendo a siete personas, según datos del Gobierno de Kiev.
El ataque contra Járkov, en el frente noreste de Ucrania, alcanzó el principal centro sanitario de la ciudad obligando a evacuar a 50 pacientes, asegún el líder regional Oleh Syniehubov. Los objetivos principales del ataque fueron instalaciones energéticas, ha declarado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, sin ofrecer más detalles al respecto.
"Todos los días, todas las noches, Rusia ataca centrales eléctricas, líneas eléctricas y nuestras instalaciones de gas natural", ha redactado Zelenski en un mensaje en Telegram. Los ataques rusos de largo alcance contra la red eléctrica de su principal enemigo son habituales desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, boicoteando la calefacción y el agua corriente de los ucranianos durante el invierno.
Zelenski instó de nuevo a los países extranjeros a ayudar a neutralizar los ataques de largo alcance de Rusia proporcionando más sistemas de defensa aérea para el país. "Contamos con las acciones de Estados Unidos y Europa, del G7, de todos los socios que tienen estos sistemas y pueden proporcionarlos para proteger a nuestro pueblo", ha dicho el líder ucraniano. "El mundo debe obligar a Moscú a sentarse a la mesa para entablar unas negociaciones genuinas".
Los ataques sobre Járkov se producen en un momento en que el apoyo militar a Kiev ha disminuido drásticamente. Según los últimos datos, la ayuda militar extranjera a Ucrania se desplomó un 43% en comparación con el primer semestre del año. Se trata de unos datos que ha compartido este martes el Instituto Kiel para el Estudio de la Economía Mundial, que hace un seguimiento del apoyo militar a Ucrania.
Esa caída se produce tras la creación de un fondo que agrupa las contribuciones de los miembros de la OTAN, excepto Estados Unidos, para adquirir armas, municiones y equipos de fabricación estadounidense para Ucrania. El acuerdo financiero se conoce como Lista de Necesidades Prioritarias de Ucrania, o PURL. En la primera mitad de 2025, el apoyo bélico superó lo enviado entre 2022 y 2024 a pesar de la falta de contribuciones estadounidenses, según el Instituto.