Ken McCallum ha realizado una comparencencia para exponer los crecientes riesgos que está provocando la inteligencia china en suelo británico, tras la retirada de los cargos contra dos supuestos espías ingleses que trabajaban, presuntamente, para Pekín desde Reino Unido.
"¿Suponen los agentes estatales chinos una amenaza para la seguridad nacional del Reino Unido? La respuesta es, por supuesto, que sí, todos los días", ha declarado ante la prensa Ken McCallum, director general del MI5, durante una rara aparición pública este jueves.
Sus declaraciones derivan del culebrón judicial que involucra al académico Christopher Berry y al investigador parlamentario Christopher Cash. Estos fueron acusados el año pasado de proporcionar información o documentos a China considerados "perjudiciales para la seguridad o los intereses" del Reino Unido.
Sus declaraciones aumentan la presión sobre las autoridades para que expliquen por qué el proceso judicial de ambos acusados, cuyos cargos fueron retirados por la Fiscalía británica, se vino abajo justo antes de que fueran a juicio. El primer ministro británico, Keir Starmer, niega haber interferido. El Gobierno, los políticos de la oposición y los fiscales han intercambiado reproches por el fracaso de esta causa penal.
McCallum aseguró que su organismo intervino para detener una amenaza de Pekín durante la semana pasada, y que estas intromisiones se producen en forma de ciberespionaje, robo de material sensible y "esfuerzos por interferir de forma encubierta en la vida pública del Reino Unido".
"Me siento frustrado", ha añadido el espía jefe británico, "cuando las oportunidades de perseguir actividades que amenazan la seguridad nacional no se llevan a cabo por la razón que sea", añadiendo que las decisiones judiciales están fuera de las manos del MI5.
Las autoridades de inteligencia británicas han intensificado sus advertencias sobre las actividades encubiertas de Pekín y el Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento calificó a Pekín como una "amenaza estratégica" en 2023.
El Gobierno del Partido Laborista, que asumió el poder el año pasado, ha intentado con cautela restablecer los lazos con Pekín tras años de frías relaciones a causa de estas acusaciones, la falta de derechos humanos en este país asiático, el apoyo de China a Rusia y la represión de las libertades civiles en Hong Kong, antigua colonia británica.
Cash y Berry fueron acusados en virtud de la Ley de Secretos Oficiales, un estatuto centenario que juzga el espionaje de países considerados enemigos del Reino Unido. Esta ha sido sustituida por una nueva legislación sobre seguridad nacional. Los dos hombres niegan haber cometido delito alguno y la embajada china ha calificado las acusaciones de "calumnias malintencionadas".
China, Rusia e Irán, en el foco del MI5
McCallum también describió un panorama desolador respecto a "múltiples amenazas superpuestas a una escala sin precedentes", tanto de grupos terroristas como de Estados. El director del MI5 ha aseguradoque China es uno de los "tres grandes" países que están detrás de las amenazas, junto con Rusia e Irán.
"Las amenazas estatales se están intensificando", ha reiterado durante su comparecencia, explicando que existe un aumento del 35% en el último año del número de personas que el MI5 está investigando por espionaje "contra nuestro Parlamento, nuestras universidades y nuestras infraestructuras críticas". Rusia e Irán están utilizando cada vez más "métodos feos", ha asegurado este funcionario de Inteligencia, incluyendo "sabotajes de vigilancia, incendios provocados o violencia física", algo que dijo que no haber visto antes.
"Rusia está decidida a causar estragos y destrucción", ha afirmado. "En el último año, hemos desbaratado junto con la Policía un flujo constante de complots contra individuos que los líderes rusos perciben como sus enemigos". Teherán, cree McCallum, también está conspirando para acabar con sus enemigos en suelo británico, con más de 20 complots desbaratados en los últimos 12 meses.