Al menos una persona ha muerto y miles de ucranianos se quedaron sin electricidad el sábado, después de que una serie de drones rusos atacaran instalaciones energéticas en toda Ucrania durante la noche.
Miles de personas se quedaron sin electricidad el sábado en varias regiones de Ucrania después de que ataques nocturnos con drones rusos impactaran múltiples instalaciones energéticas.
En la región de Járkov, casi todos los distritos de la ciudad de Chuhuiv quedaron fuera de la red eléctrica, según la alcaldesa Halyna Minaieva. En una publicación en Facebook, escribió que diez ataques rusos habían golpeado la ciudad durante la noche.
Un hombre murió en los ataques en Járkov, en el pueblo de Zelenyi Hai, según Oleh Syniehubov, jefe de la Administración Militar de Járkov. Añadió que un total de 12 localidades en la región fueron atacadas con 23 drones.
El operador del sistema de distribución de la región de Chernígov informó en una publicación en Telegram que 17.000 residentes se quedaron sin electricidad después de que un ataque ruso golpeara una instalación energética en el distrito de Koruukivka. Mientras tanto, en el distrito ruso de Ulyanovsk, una subestación eléctrica habría sido alcanzada por drones ucranianos, según informan canales rusos de Telegram.
Una institución educativa en Zaporiyia se incendió después de ser alcanzada por un dron ruso, según informó el jefe de la Administración Militar de la región, Ivan Fedorov. Dijo que las fuerzas rusas habían realizado cinco ataques en la ciudad, dañando también edificios residenciales y vehículos.
Más infraestructura civil también fue atacada en la región de Poltava, escribió Volodímir Kohut, jefe de la Administración Militar regional, en Telegram. Dijo que un almacén y una empresa comercial fueron dañados en el ataque.
La Fuerza Aérea de Ucrania dijo que sus defensas aéreas derribaron un total de 136 drones rusos durante la ráfaga nocturna.
El aumento de ataques rusos a la infraestructura energética ucraniana antes de los fríos meses de invierno se ha convertido en una táctica común desde su invasión a gran escala en 2022, lo que los funcionarios ucranianos han calificado como "armamento del invierno".
Los ataques del sábado ocurrieron mientras el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se reunía con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Washington.
Durante la reunión, Trump señaló que se inclinaba en contra de venderle misiles Tomahawk de largo alcance, armamento que los ucranianos creen que podría ser decisivo para llevar a Putin a la mesa de negociaciones.
Trump dijo que dudaba en recurrir al suministro estadounidense, un cambio de postura después de días de sugerir que estaba considerando seriamente enviar los misiles para ayudar a Ucrania a repeler la invasión rusa.