Millones de latinos pueden perder las ayudas de alimentos en Estados Unidos debido al cierre de la Administración. Nueva York ha declarado la emergencia alimentaria ante la posible suspensión.
Cerca de diez millones de latinos en Estados Unidos podrían perder desde este sábado 1 de noviembre los subsidios de alimentos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) debido a la falta de fondos provocada por el cierre del Gobierno federal, advirtieron organizaciones civiles.
Los latinos representan casi una cuarta parte de los 42 millones de beneficiarios del programa, que otorga alimentos a uno de cada ocho estadounidenses. El Departamento de Agricultura (USDA) informó que no podrá seguir financiando el SNAP si el cierre se prolonga en noviembre.
Las asociaciones Voto Latino, UnidosUS y Latino Victory Project criticaron al Gobierno de Donald Trump por no recurrir a un fondo de emergencia de 6.000 millones de dólares para mantener la ayuda. Los estados más afectados serían California, Texas, Florida y Nueva York, donde se concentra la mayor población latina. Veintitrés estados y el Distrito de Columbia han demandado a la Administración Trump para garantizar la financiación del programa.
Las organizaciones alertaron de que el cierre del Gobierno, que ya cumple un mes, está teniendo un impacto devastador en las familias de bajos ingresos y comunidades minoritarias, y advirtieron que “el acceso a la comida no debería usarse como moneda de cambio política”.
El Gobierno del Estado de Nueva York ha declarado el estado de emergencia alimentaria ante la suspensión de la asistencia alimentaria federal a millones de familias. La medida, anunciada por la gobernadora Kathy Hochul, busca mitigar el impacto del cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos, que impide la distribución de fondos del programa de ayuda alimentaria.
En palabras de Hochul, "no nos quedaremos de brazos cruzados mientras las familias luchan por alimentarse". La gobernadora explicó que los 65 millones de dólares (unos 60 millones de euros) aprobados se suman a fondos previamente liberados, alcanzando un total de 106 millones de dólares (cerca de 98 millones de euros) destinados a combatir la inseguridad alimentaria en todo el estado.
Los recursos se distribuirán a través de dos programas principales:
- 40 millones de dólares para el Programa de Prevención del Hambre y Asistencia Nutricional (HPNAP, por sus siglas en inglés), que opera una red de unas 2.700 despensas y comedores sociales.
- 25 millones de dólares para Nourish NY, una iniciativa que conecta a los agricultores con familias que enfrentan dificultades económicas, redirigiendo excedentes agrícolas como productos lácteos, frutas y hortalizas.
El comunicado oficial del Gobierno del Estado de Nueva York detalla que los beneficios del programa federal de asistencia alimentaria (SNAP, por sus siglas en inglés) representan alrededor de 650 millones de dólares mensuales (unos 598 millones de euros) en el estado e impactan a cerca de tres millones de personas. Hochul advirtió que "ningún estado puede reemplazar completamente los fondos federales suspendidos", subrayando el impacto potencial sobre la seguridad alimentaria.
La declaración también incluye el despliegue de personal del Empire State Service Corps y del Cuerpo SUNY, formados por estudiantes y voluntarios, para reforzar los bancos de alimentos locales.
El Comisionado de Salud del Estado, James McDonald, señaló que la decisión federal "tendrá consecuencias devastadoras para las familias que ya luchan por llegar a fin de mes", recordando que el acceso a alimentos nutritivos es un asunto de salud pública.
La medida fue adoptada tras la presentación de una demanda conjunta por parte de 25 estados, incluido Nueva York, que exige la liberación inmediata de los fondos de ayuda alimentaria. Hochul firmó además una carta con otros 20 gobernadores instando al Ejecutivo federal a revertir la suspensión. Según el comunicado, la gobernadora calificó la situación como "una emergencia que exige acción inmediata", reiterando su compromiso de garantizar que ninguna familia quede sin acceso a alimentos básicos.
La Administración Trump dijo que los fondos de contingencia destinados al programa SNAP no pueden usarse para cubrir beneficios regulares durante un cierre gubernamental, argumentando que esos recursos estaban previstos para emergencias como desastres naturales. Y sostuvo que la decisión de no liberar inmediatamente esos fondos fue motivada por la necesidad de reservar recursos para "crisis futuras" y mantener la "integridad presupuestaria" del sistema.
 
     
     
     
     
             
             
             
             
             
             
            