Cáritas Internationalis, World Vision y el Consejo Mundial de Iglesias han lanzado una Declaración sobre el Derecho a la Alimentación. Pero las empresas multinacionales, afirma Michael Fakhri, relator de la ONU, "deben asumir su responsabilidad".
"Disponer de alimentos suficientes es un derecho que los estados y el modelo económico actual deben asumir, especialmente en un mundo cada vez más opulento". Esta declaración figura en una texto conjunto lanzado esta semana en Roma por Caritas Internationalis, World Vision y el Consejo Mundial de Iglesias.
El acto organizado por las tres organizaciones cristianas -la primera católica, las otras dos protestantes- se celebró de manera simultánea a las reuniones de la FAO sobre Seguridad Alimentaria, que tuvieron lugar en la Ciudad Eterna del 20 al 24 de octubre.
"Mientras el cambio climático sigue manifestándose y vemos surgir conflictos por todas partes, también observamos que el hambre se utiliza como arma de guerra en todas partes. Los recortes de ayuda por parte de Estados Unidos y otros países son motivo de gran preocupación", afirmó Michael Fakhri, relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, que asistió a la reunión el miércoles.
Para Fakhri, abogado canadiense, los recortes en la financiación humanitaria decididos por la Administración Trump"han causado daños y muertes inmediatasy, en muchos casos, están dificultando enormemente que millones de personas lleven una vida digna". La misma cuestión centró una propuesta de condonación de la deuda soberana de los países en desarrollo, presentada en junio por un comité de expertos designado por el difunto Papa Francisco para analizar esta cuestión de cara al Jubileo.
Fakhri: "Las multinacionales alimentarias deben asumir su responsabilidad"
El Relator Especial también identifica dos causas estructurales de la emergencia alimentaria. La primera radica en el poder acumulado por las multinacionales del sector agroalimentario. La segunda tiene que ver con los estados.
"Una de mis mayores preocupaciones es el auge del etnonacionalismo, el autoritarismo, el racismo, el patriarcado... Estamos siendo testigos del uso del poder para hacer daño y de ataques a las instituciones democráticas", continuó Fakhri, citando los casos de las guerras en Sudán y Gaza, "y esto es preocupante no sólo en términos de sistemas alimentarios, sino también para la vida misma tal y como la conocemos en el planeta".
"Entre 2025 y 2030, hasta 14 millones de personas podrían morir como consecuencia de los recortes en la ayuda. Sin embargo, la riqueza mundial supera los 450 mil millones de dólares (387 mil millones de euros)", afirmó el economista jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Arif Husain. "El hambre persiste no por falta de recursos, sino por falta de voluntad política", añadió Husain, interviniendo en uno de los paneles del acto organizado por Caritas Internationalis en la capital italiana.
Para estos expertos internacionales, por tanto, sería urgente cambiar el modelo de producción y distribución económica o,al menos, enfocar la crisis alimentaria de otra manera.Para ello se necesita la ayuda de todos, incluidas las ONG, que tienen sus propias redes y relaciones sobre el terreno, incluyendo a las religiosas.
"La fe nos inspira a desafiar las desigualdades y a replantear los sistemas para que las familias puedan prosperar con dignidad y esperanza",insta Kai Hutans, responsable de asociaciones de World Vision International. "Desde Camboya hasta Roma, las comunidades religiosas saben quién sufre hambre y cómo construir soluciones duraderas".
Mubanga-Mtonga (Cáritas): "La compasión, la solidaridad y la justicia deben guiar las políticas".
"El derecho a la alimentación está consagrado en la legislación sobre derechos humanos desde 1948 y, sin embargo, 673 millones de personas siguen padeciendo hambre crónica.Las comunidades religiosas deben movilizarse para sensibilizar, promover el cambio y fomentar la agricultura sostenible, el agua limpia y la producción local de alimentos", añade el reverendo Kenneth Mtata, director de programas del Consejo Mundial de Iglesias.
"A corto plazo, Cáritas está respondiendo a la crisis alimentaria con nuestra respuesta humanitaria y ofreciendo asistencia y ayuda en forma de distribución de alimentos. Por ejemplo, en países como Gaza y Ucrania, donde Cáritas tiene una presencia local", dijo Musamba Mubanga-Mtonga, responsable de Seguridad Alimentaria y Cambio Climático de la filial internacional de Cáritas.
Para Mubanga-Mtonga, el recorte de la ayuda ya ha provocado el cierre de muchos colaboradores sobre el terreno: "Cáritas está dispuesta a asumir más responsabilidades ante el posible vacío creado por la reducción de recursos y personal de la agencia de la ONU", concluyó la responsable.