Liderados por Francia, países de la UE piden que se califique la energía nuclear como fuente verde

El grupo de 10 países quiere que la Comisión incluya la energía nuclear en la "taxonomía verde".
El grupo de 10 países quiere que la Comisión incluya la energía nuclear en la "taxonomía verde". Derechos de autor Virginia Mayo/AP
Por Amaranta Zermeno JimenezEuronews
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El grupo de países, encabezados por Francia, han pedido a la Comisión Europea que reconozca la energía nuclear como una fuente de energía con bajas emisiones de carbono.

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Un grupo de diez países de la Unión Europea, encabezados por Francia, han pedido a la Comisión Europea que reconozca la energía nuclear como una fuente de energía con bajas emisiones de carbono que debe formar parte de la transición del bloque hacia la neutralidad climática, que lleva décadas en marcha.

Aprovechando la actual crisis energética de Europa, los países defienden la energía nuclear como "fuente de energía clave, asequible, estable e independiente" que podría proteger a los consumidores de la UE de estar "expuestos a la volatilidad de los precios".

La carta, iniciada por Francia, fue enviada a la Comisión con la firma de otros nueve países de la UE, la mayoría de los cuales ya cuentan con la energía nuclear como parte de su combinación energética nacional: Bulgaria, Croacia, República Checa, Finlandia, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y Rumanía.

Cabe recalcar que las centrales nucleares generan más del 26% de la electricidad producida en la Unión Europea.

"El aumento de los precios de la energía también ha demostrado lo importante que es reducir nuestra dependencia energética de terceros países lo más rápidamente posible", dice la carta, según ha visto Euronews.

Más del 90% del gas natural de la UE procede de importadores extranjeros, con Rusia como principal productor. Esta gran dependencia se ha atribuido como uno de los principales factores de la subida de los precios de la energía.

"Las tensiones de suministro serán cada vez más frecuentes y no tenemos más remedio que diversificar nuestro suministro. Debemos prestar atención para no aumentar nuestra dependencia de las importaciones de energía de fuera de Europa."

La que se queda fuera de la lista verde

Los signatarios instan a la Comisión a incluir la energía nuclear dentro de la taxonomía verde de la UE, una guía técnica que ayuda a gobiernos e inversores a identificar qué proyectos respetan el Acuerdo de París y cuáles incumplen sus objetivos climáticos.

Esta "taxonomía verde" es un sistema de clasificación común para las actividades ecónomicas sostenibles. Algo así como un manual de instrucciones que permite proporcionar definiciones adecuadas a las empresas, los inversores y los responsables de la formulación de políticas, y que permite implementar la visión del Pacto Verde de la UE en términos financieros.

Las actividades incluidas en la taxonomía tienen que hacer una "contribución sustancial" a al menos un objetivo medioambiental de la política climática de la UE, evitando al mismo tiempo un daño significativo a cualquiera de los demás. Además, los proyectos incluidos en la clasificación tienen que cumplir un conjunto mínimo de salvaguardias sociales.

La Comisión ya ha clasificado un amplio catálogo de sectores en la guía, como la energía solar, la geotérmica, el hidrógeno, la energía eólica, la hidroeléctrica y la bioenergía. Pero cuando Bruselas presentó el listado en abril, un sector brillaba por su ausencia: la energía nuclear.

La energía nuclear: un eterno debate

A pesar de la urgencia de combatir el cambio climático, los Estados miembros siguen sin poder llegar a un consenso sobre si la energía nuclear constituye una fuente de energía verde o una fuente sucia. La Comisión ha pospuesto la decisión crucial para dejar que los países concluyan el debate.

Por un lado, Alemania, que planea cerrar todos sus reactores para 2022, lidera la causa antinuclear, junto con Austria, Dinamarca, Luxemburgo y España.

"Nos preocupa que la inclusión de la energía nuclear en la taxonomía dañe permanentemente su integridad, su credibilidad y, por tanto, su utilidad", escribieron en julio.

Michael Sohn/AP - Copyright 2012 AP. All rights reserved.
Un manifestante sostiene una pancarta que lee: "No dejes que el cambio de energía fracase", 2/11/2012, Berlín, AlemaniaMichael Sohn/AP - Copyright 2012 AP. All rights reserved.

Por otro lado, Francia, que obtiene más del 70% de su electricidad de centrales nucleares, y lucha por calificar la energía nuclear como sostenible según la taxonomía. Como muestra la nueva carta, París cuenta con el respaldo de varios Estados del Este, que ya han destinado millones a proyectos nucleares.

"Aunque las fuentes de energía renovables desempeñan un papel clave para nuestra transición energética, no pueden producir suficiente electricidad con bajas emisiones de carbono para satisfacer nuestras necesidades, a un nivel suficiente y constante", dice la carta, que describe la energía nuclear como un sector "seguro e innovador" con el potencial de mantener un millón de puestos de trabajo altamente cualificados "en un futuro próximo".

Un informe de la unidad de investigación de la Comisión publicado a principios de año, indica que Bruselas podría acabar poniéndose del lado del equipo pro-nuclear. El documento afirma que las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales nucleares son "comparables" a las que emiten la energía hidroeléctrica y la eólica, una valoración compartida por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y el Departamento de Energía de Estados Unidos.

Sin embargo, los críticos sostienen que los residuos radiactivos resultantes son perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente. "La energía nuclear es increíblemente cara, peligrosa y lenta de construir", afirma Greenpeace. A los detractores les preocupa la posibilidad de que se produzcan accidentes nucleares desastrosos, similares a los de Chernóbil en 1986 o Fukushima en 2011, que todavía están muy arraigados en el imaginario colectivo.

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El debate no muestra signos de una pronta resolución. La Comisión dice que se espera una decisión en torno a la energía nuclear antes de finales de año, aunque, dados los profundos desacuerdos, podría prolongarse hasta el año que viene. En enero, Francia asumirá la presidencia rotatoria del Consejo, lo que dará a París una posición privilegiada para influir en la agenda de Bruselas.

Mientras tanto, las instituciones de la UE han iniciado las negociaciones en torno a Fit For 55, un enorme paquete legislativo destinado a reducir las emisiones del bloque en al menos un 55% antes del final de la década. Fit For 55 se considera una de las propuestas más radicales y de mayor alcance de la historia de la UE.

Juntos, los diez firmantes de la carta podrían formar una mayoría de bloqueo en el Consejo, impidiendo que sus homólogos alcancen el umbral necesario del 65% de la población total de la UE.

Fuentes adicionales • Traducción del artículo en inglés original por Amaranta Zermeno Jimenez

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