La mitad de los 10 países más felices del mundo pertenecen a la UE. Los países con poblaciones pequeñas dominan la clasificación, mientras que los países con menos de 15 millones de habitantes suelen tener una evaluación positiva de su calidad de vida.
Finlandia ha sido nombrado el país más feliz del mundo por octavo año consecutivo, según el Informe Mundial sobre la Felicidad 2025. Los expertos citan como factores el acceso a la naturaleza y un sólido sistema de bienestar.
Le siguen Dinamarca, Islandia y Suecia. Estos países suelen puntuar alto en parámetros como el apoyo social, la confianza y el bienestar general. El Informe Mundial sobre la Felicidad encuestó a más de 100.000 personas en 140 países y territorios.
"En Finlandia, la felicidad no consiste en una alegría constante, sino en una sensación de seguridad, confianza y equilibrio en la vida cotidiana. Proviene de saber que el apoyo está ahí cuando se necesita, ya sea a través de nuestras sólidas políticas sociales, la educación de alta calidad o el acceso a la naturaleza", dijo Miika Mäkitalo, CEO de HappyOrNo, una empresa finlandesa que ayuda a las empresas a medir la satisfacción del cliente.
Mäkitalo añadió: "Como sociedad, valoramos la igualdad y la sostenibilidad, creando un entorno en el que las personas se sientan apoyadas y puedan prosperar. Políticas como el generoso permiso parental y las guarderías asequibles garantizan que las familias tengan tanto seguridad económica como tiempo para pasar con sus hijos, lo que refleja un compromiso más amplio con el bienestar y el equilibrio entre la vida laboral y familiar."
Compartir las comidas y tener a alguien en quien confiar
Las sociedades en las que la gente comparte frecuentemente las comidas registran una mayor felicidad y apoyo social. Polonia es el único país de la UE representado entre los 10 primeros, con una media de más de 10 comidas compartidas a la semana.
Por el contrario, Estonia ocupa el último lugar de la lista, con sólo 2,7 comidas a la semana. Las personas que viven solas también son menos felices. En Europa, un hogar de cuatro a cinco personas exhibe los niveles más altos de felicidad. Sin embargo, la soledad entre los adultos jóvenes va en aumento: el 19% afirma no tener a nadie en quien confiar, lo que supone un incremento del 39% desde 2006.
Muchos jóvenes subestiman la empatía de sus compañeros, lo que les lleva a evitar relacionarse con los demás y a perder oportunidades de entablar relaciones significativas. Los actos de bondad aumentaron durante la pandemia de la COVID-19 y se mantienen un 10% por encima de los niveles anteriores a la pandemia.
Las donaciones y el voluntariado parecen ser más frecuentes en Europa Central y Oriental, mientras que compartir recursos materiales es más habitual en Europa Occidental.
"El informe de este año nos empuja a mirar más allá de los determinantes tradicionales como la salud y la riqueza. Resulta que compartir las comidas y confiar en los demás son factores de bienestar aún más importantes de lo esperado", afirma Jan-Emmanuel De Neve, director del Centro de Investigación sobre el Bienestar de Oxford y redactor del Informe sobre la Felicidad en el Mundo. "En esta época de aislamiento social y polarización política tenemos que encontrar formas de volver a sentar a la gente a la mesa: hacerlo es fundamental para nuestro bienestar individual y colectivo".