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La mala situación económica de los jóvenes podría estar alimentando el antifeminismo en la UE

Según un estudio, la radicalización del discurso antifeminista también tiene raíces económicas
Según un estudio, la radicalización del discurso antifeminista también tiene raíces económicas Derechos de autor  AP Photo
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Por Gregoire Lory & Euronews en español
Publicado Ultima actualización
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Un análisis de un 'think tank' sugiere que las condiciones de vida de la juventud de la Unión Europea podrían explicar, en parte, el auge del odio contra las mujeres.

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¿Y si los ataques a los derechos de las mujeres en Europa estuvieran propulsadas, en parte, por factores económicos? Según un estudio del European Policy Centre (EPC), el nivel de vida de los hombres jóvenes explicaría parte del ascenso del discurso antifeminista.

Su autor, Javier Carbonell, no cuestiona la batalla cultural en curso, pero quiere añadir una dimensión económica al debate. "Lo que sí sabemos es que los hombres jóvenes tienen dificultades en términos de renta, patrimonio, poder adquisitivo, acceso a la vivienda y, sobre todo, nivel educativo. Y en este sentido se han quedado rezagados con respecto a las mujeres jóvenes", explica el analista del EPC.

La brecha de género en la educación, por ejemplo, sigue aumentando a favor de las mujeres. En Europa, el 48% de las personas de entre 25 y 34 años tienen un título, pero solo el 37% son hombres. Desde 2010, los precios de la vivienda han subido un 47% y los alquileres un 18%, muy por encima de los salarios y junto con la inflación que afecta a Occidente. En el sur de Europa, muchos jóvenes no abandonan el hogar hasta después de los 30 años, lo que significa que no se independizan hasta que dejan de pertenecer a esta categoría.

Estas dificultades afectan sobre todo a los jóvenes de las clases sociales menos favorecidas. Los trabajos más manuales han desaparecido, sustituidos por máquinas o programas informáticos. Estos cambios estructurales, señala el analista, habrían provocado un empeoramiento de las condiciones de los chicos. Un declive que las redes ultraderechistas podrían estar utilizando para hacerles creer que su situación es culpa de un enemigo común: en este caso, las mujeres, aunque hay muchos otros grupos señalados.

Las jóvenes giran a la izquierda; los chicos hacia la derecha

En la Unión Europea, las mujeres ganan de media un 12,7% menos que los hombres. Pero está surgiendo una tendencia. Por primera vez en Finlandia, Malta, Grecia, Francia y Bélgica, las mujeres menores de 25 años ganan más que los hombres. Sin embargo, el sueldo sigue siendo un fuerte marcador de género, señala el documento.

En un contexto de dificultades económicas crecientes que afectan a las sociedades europeas, la extrema derecha ha logrado atraer a algunos de estos jóvenes votantes masculinos. Según datos de European Elections Studies (EES), el 17,2% de los hombres jóvenes menores de 25 años votaron a un partido de extrema derecha en las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Esta cifra es casi el doble de mujeres jóvenes (9,5%) que votaron a los mismos partidos. Según Javier Carbonell, esta división política está creando una nueva brecha generacional. "Esto ocurre especialmente entre la población más joven. En población con más edad, las mujeres de 35 o 55 años tienen más o menos las mismas probabilidades de votar a la extrema derecha que los hombres", explica.

El analista añade que el impacto de esta tendencia va más allá de las cuestiones de género. La radicalización de los hombres jóvenes también puede influir en las políticas de medio ambiente, migración y redistribución económica a través de la elección de partidos extremistas. Para proteger los derechos de las mujeres, el analista sugiere que no basta con combatir el discurso antifeminista y denunciar la misoginia. Carbonell pide a los responsables que encuentren también soluciones económicas para todos mediante políticas de vivienda y que ofrezcan perspectivas en el mercado laboral.

El documento subraya que estas medidas no deben adoptarse en detrimento de las políticas de apoyo a las mujeres. Al contrario, hay que acelerar también los esfuerzos para mejorar la representación, los ingresos y la seguridad de las mujeres, a fin de aportar más seguridad al conjunto de los jóvenes.

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