Es probable que los precios de los productos europeos suban en Estados Unidos. A la inversa, el acuerdo comercial no debería causar inflación en Europa, ya que la UE no ha introducido contraaranceles a los productos estadounidenses.
¿Qué repercusiones tendrá el acuerdo comercial entre la UE y Washington en los bolsillos de los hogares europeos? La mayoría de los productos europeos exportados a Estados Unidos estarán gravados con un 15% a partir del 1 de agosto.
Los transeúntes entrevistados en Bruselas no están preocupados por su poder adquisitivo. "No creo que repercuta en mi vida cotidiana, quizá un poco, pero afectará más a los estadounidenses", afirma Ian, un transeúnte inglés que conocimos en Bruselas. "Creo que los aranceles son contraproducentes. Prefiero el libre comercio y creo que es perjudicial para los estadounidenses imponer aranceles a todo el mundo", añadió.
Carolina, una italiana entrevistada en una parada de autobús del barrio europeo, cree que este acuerdo comercial "tendrá un impacto en todos de diferentes maneras, dependiendo de las áreas en las que trabajemos y las vidas que llevemos". Cree que la UE es muy dependiente de Estados Unidos y que debería adquirir mayor autonomía desarrollando sus propias estrategias económicas.
Hogares europeos
A corto plazo, el impacto de los aranceles estadounidenses sobre los consumidores europeos no será muy grande. "El impacto sobre los consumidores europeos será limitado", declaró a 'Euronews' Agustín Reyna, director general de la Organización Europea de Consumidores (BEUC).
"Los derechos de aduana los paga el importador. En este caso, el impuesto del 15% que Estados Unidos impone a los productos de la UE se aplica a los importadores estadounidenses. Eso significa que algunos productos podrían resultar más caros para los ciudadanos estadounidenses", explica. En cambio, la UE no ha puesto barreras arancelarias a los productos estadounidenses, por lo que sus precios no subirán en Europa.
Desvío de productos chinos
A largo plazo, los productos chinos que actualmente se exportan a Estados Unidos también podrían llegar al mercado europeo, lo que podría provocar una bajada de precios en Europa.
"El principal efecto será una caída de la demanda de productos europeos en Estados Unidos, menos demanda de productos chinos en Estados Unidos, y esto significa que estos productos tratarán entonces de encontrar un mercado en Europa, lo que generalmente conducirá a precios más bajos", dijo a 'Euronews' Niclas Poitiers, investigador de Bruegel.
Estos precios más bajos para los consumidores europeos serían, por el contrario, una mala noticia para las empresas. "Hay ciertas empresas que compiten directamente con competidores chinos. Y para estas empresas, podrían enfrentarse a una competencia más fuerte y también podrían tener dificultades con estos precios más bajos. Así que hay un efecto negativo", añade el investigador.
Empresas europeas
Las empresas europeas que exportan a Estados Unidos corren el riesgo de enfrentarse a una caída de la demanda al otro lado del Atlántico porque sus productos serán más caros, lo que podría provocar una caída de sus ingresos y, por tanto, del empleo en Europa.
"Hay ciertas empresas en determinados sectores, como el farmacéutico, por ejemplo, donde hay una gran proporción de exportaciones y empleo por cosas que van a Estados Unidos. Pero para la mayoría de los sectores, esto representa una pequeña proporción de la producción", matiza Niclas Poitiers.
Además, el presidente estadounidense espera que las empresas extranjeras se animen a abrir fábricas en Estados Unidos para evitar el pago de aranceles. Sin embargo, la imprevisibilidad de Donald Trump y la incertidumbre sobre la duración de estas barreras arancelarias podrían disuadir a las empresas europeas de invertir en Estados Unidos.