La isla Reunión, de propiedad francesa, es uno de los pocos lugares donde se permite nadar con ballenas. El avistamiento de estos animales supone que muchos turistas se salten las normas.
Esto supone que algunas ballenas que nadan con sus crías se sientan amenazadas y aleteen con sus colas en el agua. Para evitar que haya accidentes las autoridades han creado la 'brigada de la tranquilidad'.