La manifestación del movimiento contra el alza de los carburantes, conocido como los "chalecos amarillos" se torció cuando algunos manifestantes comenzaron a lanzar objetos contra las barricadas levantadas para proteger el palacio del Elíseo, la residencia presidencial.
El ministro del Interior francés, Christophe Castaner responsabilizó a "la ultraderecha" en genertal y a Marine Le Pen en particular.