Vecinos brasileños del quilombo de Mato do Tiçao, una comunidad construida por antiguos esclavos en el sureste de Brasil, caminan descalzos sobre un lecho de brasas calientes y encienden una hoguera de siete metros de altura para celebrar la víspera de San Juan. "No sentí nada", dice el percusionista Pedro Eduardo, de 24 años, después de caminar sobre las brasas al rojo vivo.
