Conocido como el 'Muro de Coches' de Israel, los restos fueron incautados por militantes durante el asalto que dejó más de 1.200 personas muertas. Desde entonces, el sitio se ha convertido en un santuario y símbolo de recuerdo para aquellos que perdieron la vida en el ataque sin precedentes.
Al amanecer de ese día, casi 4.000 atacantes liderados por Hamas cruzaron las barreras desde Gaza y arrasaron el sur de Israel. Entre sus objetivos estaba el festival de música Nova, donde cientos de jóvenes fueron asesinados cuando los militantes descendieron sobre la multitud utilizando paramotores. Las preguntas sobre cómo los atacantes lograron romper las defensas israelíes y operar durante horas antes de que interviniera el ejército continúan atormentando a los supervivientes y a las familias de las víctimas.
En el Kibutz Be’eri, a solo dos kilómetros de la frontera con Gaza, 370 hombres armados asaltaron la comunidad, matando a 102 residentes, incluidos bebés y ancianos. Monette, quien se escondió en una habitación segura durante 36 horas, recordó el horror y la confusión de ese día. Dos años después, todavía lucha por entender por qué la ayuda tardó tanto en llegar, ya que las cicatrices del 7 de octubre permanecen profundamente arraigadas en la memoria colectiva de Israel.