Reformismo con apertura exterior o conservadurismo islámico. Ese es la trascendental elección de los 56 millones de iraníes que estaban llamados ayer a las urnas. El recuento ya ha comenzado, pero no se espera que hasta las cinco de la tarde, hora central europea, se conozcan los primeros resultados. La participación ha sido alta, en torno al 70%, y similar a la que elevó a Hasan Rohaní a la jefatura de Gobierno hace cuatro años.
“Quizá ninguno de los candidatos tenga los parámetros deseados, pero votamos para mantener la democracia y la libertad en el país”, aseguraba una ciudadana.
Las principales bazas del presidente Rohaní son los éxitos en su política exterior, basados en el acuerdo nuclear, y la bajada de casi 30 puntos de inflación. Pero el paro alcanza al 12% de la población y a un tercio de los jóvenes, lo que puede aupar a Ebrahim Raisí, su principal rival y protegido del líder supremo Alí Jameneí