Un esbozo del plan del gobernante Partido Comunista para los próximos cinco años se presentó en un comunicado de 5.000 palabras publicado el jueves.
Los líderes de China han prometido reducir su dependencia de la tecnología avanzada extranjera y estimular una demanda interna más fuerte mientras capean "vientos fuertes" en medio del aumento de las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Un esbozo del plan del gobernante Partido Comunista para los próximos cinco años se presentó en un comunicado de 5.000 palabras difundido el jueves tras una reunión de alto nivel de cuatro días en Pekín, pocos días antes de las conversaciones previstas entre el líder chino Xi Jinping y el presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Los planes quinquenales remiten a los tiempos de la planificación central al estilo soviético. China sigue apoyándose en ellos para marcar prioridades políticas y decidir la financiación. Los plenos del partido como el de esta semana también sirven para cerrar filas en torno al liderazgo de Xi. El anuncio del jueves no apuntó a grandes cambios de política. Pese al aumento de las tensiones comerciales, China pretende seguir siendo una potencia manufacturera mundial y mantener un crecimiento económico sólido en casa.
China gana confianza en la guerra comercial
China afronta cambios "profundos" e incertidumbres crecientes, señaló el comunicado difundido por los medios estatales. No se refiere directamente a la guerra comercial entre Pekín y Washington, pero advierte de crecientes "incertidumbres y factores imprevistos". Y advierte: "Debemos identificar, responder y conducir los cambios de forma proactiva... y atrevernos a afrontar vientos fuertes, aguas agitadas e incluso tormentas peligrosas".
Han Wenxiu, alto cargo del partido encargado de la elaboración de políticas en asuntos financieros, económicos y rurales, dijo a los periodistas el viernes que China está bien posicionada para gestionar estos riesgos, y añadió que "siempre hay oportunidad en la crisis, y la crisis puede convertirse en oportunidad".
Chi Lo, estratega de mercados sénior para Asia-Pacífico en BNP Paribas Asset Management, señaló que el énfasis en mejorar sustancialmente la autosuficiencia científica y tecnológica probablemente refleja una mayor confianza en que China es menos vulnerable a la presión de la guerra comercial. El partido prometió lograr para 2035 una influencia internacional, así como fortaleza económica y nacional "notablemente mayores", y "proteger el sistema comercial multilateral", presentando a Pekín como defensor del libre comercio, apuntó Leah Fahy, economista especializada en China en Capital Economics.
Persisten los retos económicos internos
El comunicado subrayó la necesidad de construir un mercado interno "sólido" ampliando la demanda interna y aumentando el gasto de los consumidores. La caída del sector inmobiliario, que comenzó cuando China todavía sufría alteraciones por la pandemia de la COVID-19, ha minado la confianza de los consumidores, ha mermado la riqueza de los hogares y ha provocado despidos generalizados.
Para tratar de estimular la demanda, el Gobierno ha incentivado la inversión en fábricas y equipos más modernos y ha pagado subvenciones a quienes sustituyen electrodomésticos y vehículos antiguos por otros nuevos. Pero la capacidad de fabricación supera la demanda en muchas industrias. Eso ha provocado dañinas guerras de precios y ha llevado a las empresas a aumentar las exportaciones, lo que a su vez añade fricción comercial.
Incluso con un fuerte apoyo del Gobierno, la economía creció un 4,8%, el ritmo más lento en un año en el último trimestre. Y la actividad fabril se contrajo por sexto mes consecutivo en septiembre, según los datos oficiales, mientras la demanda interna seguía débil. Los dirigentes chinos mantienen su objetivo de alcanzar el estatus de "país desarrollado de nivel medio" y de duplicar para 2035 el tamaño de la economía de 2020.
Eso implica una tasa de crecimiento anual media de alrededor del cuatro al cinco por ciento en la próxima década, señaló Lynn Song, economista jefe para la China continental en ING.
China seguirá siendo un gigante manufacturero
China es el mayor fabricante del mundo, representa aproximadamente el 30% de la producción manufacturera mundial y alrededor de una cuarta parte de su economía total. El nuevo plan quinquenal pide mantener la manufactura en un nivel "apropiado", con las industrias avanzadas como columna vertebral, según el comunicado. Eso indica que la atención de China al sector manufacturero seguirá siendo una prioridad absoluta, incluso frente a la sobrecapacidad y las guerras de precios, dijo Leah Fahy, de Capital Economics.
Con los años, la manufactura china ha pasado de una producción intensiva en mano de obra y de bajo coste a productos de mayor valor, como vehículos eléctricos, robótica y baterías. En los próximos años, el foco estará en la manufactura avanzada, señaló Robin Xing, economista jefe para China en Morgan Stanley.
Eso incluye ámbitos como las tecnologías cuánticas, la biomanufactura, la energía de hidrógeno y la fusión nuclear, la inteligencia artificial y las comunicaciones móviles de nueva generación, dijo Zheng Shanjie, director de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el principal organismo de planificación de Pekín. "Estos sectores están listos para despegar", dijo Zheng. "Significa que en los próximos diez años construiremos en China otra industria de alta tecnología, y eso dará un impulso sostenido a nuestros esfuerzos por lograr la modernización china".
Zheng señaló que construir un mercado interno más fuerte es una prioridad estratégica. "Las economías de las grandes potencias están impulsadas por la demanda interna y el mercado es el recurso más escaso en el mundo actual", afirmó.
No está claro si el compromiso de China de catalizar más gasto de los consumidores y la inversión interna hará mella en sus exportaciones. La cuota de China en las ventas mundiales de vehículos eléctricos alcanzó el 46% en 2023, según Morgan Stanley, y grandes empresas chinas como BYD y CATL han alcanzado posiciones de liderazgo mundial en tecnología y producción de baterías.
China desempeña un papel clave en las cadenas de suministro globales y controla estratégicamente el acceso a las tierras raras, materiales utilizados en multitud de productos. "El Gobierno chino considera la manufactura un asunto central de seguridad y de palanca geopolítica frente a otros países", añadió Gary Ng, economista sénior de Natixis.
Xi sigue centralizando el poder
El pleno de cuatro días se caracterizó por una asistencia relativamente baja. De los 205 miembros plenos del elitista Comité Central del Partido Comunista, solo 168 asistieron, junto con 147 de sus 171 miembros suplentes, según el comunicado.
Eso refleja que "una proporción sin precedentes de miembros del Comité Central tiene problemas políticos" en medio de las profundas purgas de Xi dentro del partido, dijo Neil Thomas, investigador del Centro de Análisis sobre China del Instituto de Políticas de la Asia Society.
El mayor cambio de personal fue el ascenso del general Zhang Shengmin a segundo militar de mayor rango de China. Sustituyó a He Weidong, expulsado del partido junto con otros ocho altos cargos en la última campaña anticorrupción de Xi.
Los cambios apuntan a un énfasis en la lealtad política y la anticorrupción bajo Xi, dijo Sun, del King's College London. A medida que el partido sigue centralizando el poder, "la situación política de Xi y su dominio dentro del partido siguen siendo relativamente seguros", añadió Sun.