El superávit comercial de la eurozona se disparó hasta 19.400 millones de euros en septiembre de 2025, impulsado por el auge de las exportaciones a Estados Unidos tras el último acuerdo comercial.
El superávit comercial de bienes de la zona euro registró un fuerte aumento en septiembre de 2025, con un repunte de las exportaciones a Estados Unidos tras la entrada en vigor de un nuevo acuerdo transatlántico que alivió las tensiones después de meses de perturbaciones por aranceles.
Según los datos de Eurostat publicados el viernes, la zona euro registró en septiembre un superávit comercial de 19.400 millones de euros, muy superior a los 1.900 millones de euros de agosto y por encima de los 12.900 millones de euros de septiembre de 2024. El repunte se debió principalmente al aumento de los envíos hacia Estados Unidos y al tirón del sector químico.
El acuerdo UE-EE.UU. impulsa las exportaciones
Las exportaciones de la zona euro al resto del mundo subieron hasta 256.600 millones de euros en septiembre, un aumento interanual del 7,7%. Las importaciones también avanzaron, hasta 237.100 millones de eutos, un 5,3% más que en el mismo mes del año anterior. El saldo resultante refleja el buen momento del comercio, especialmente con Estados Unidos, a medida que empiezan a materializarse los efectos del nuevo acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos.
El acuerdo, alcanzado el verano pasado entre la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen y el presidente de Estados Unidos Donald Trump, fijó un arancel único y general del 15% para la mayoría de sectores, incluidos automóviles, semiconductores, productos farmacéuticos y madera.
Las exportaciones de la UE a Estados Unidos aumentaron hasta 53.100 millones de euros en septiembre, un alza interanual del 15,4%, lo que convierte a Estados Unidos en el destino de exportación de mayor crecimiento del bloque. Las importaciones procedentes de Estados Unidos también se reforzaron, hasta 30.900 millones de euros, un 12,5% más que hace un año. En conjunto, el saldo comercial de la UE con Estados Unidos mejoró hasta 22.200 millones de euros, frente a 18.500 millones de euros en septiembre de 2024.
Mientras las ventas a Estados Unidos crecieron con fuerza, el comercio de la UE con China siguió debilitándose. Las exportaciones a China cayeron un 2,5% interanual en septiembre, hasta 16.700 millones de euros, reflejo de una demanda china contenida. Las exportaciones a Turquía retrocedieron un 1,5%, mientras que las dirigidas a Corea del Sur subieron un 6,6%, a Japón un 3,5%, a India un 7,7% y a México un 11,1%. En importaciones, los envíos desde Noruega repuntaron un 13,8%, probablemente vinculados a flujos de energía y materias primas.
Los productos químicos impulsan el superávit de Europa
En el conjunto de la Unión Europea, el saldo comercial también registró una mejora sustancial. La UE anotó un superávit de 16.300 millones de euros en septiembre, tras revertir el déficit de 4.500 millones de euros de agosto. El cambio volvió a estar impulsado en gran medida por el sector químico, cuyo superávit subió a 26.900 millones de euros, frente a 15.400 millones de euros el mes anterior. En comparación con septiembre de 2024, el saldo comercial total de la UE mejoró en 6.800 millones de euros.
Sin embargo, el superávit de maquinaria y vehículos se redujo de 16.400 millones de euros a 13.800 millones de euros.
A pesar de los sólidos datos de septiembre, el acumulado del año sigue por debajo de los niveles de 2024, reflejo del lastre de las políticas arancelarias previas de Estados Unidos. De enero a septiembre de 2025, la zona euro registró un superávit de 128.700 millones de euros, frente a 134.300 millones de euros en el mismo periodo del año pasado. De forma similar, el superávit acumulado de la UE se situó en 104.300 millones de euros, frente a 113.000 millones de euros en los nueve primeros meses de 2024.
¿Qué viene ahora?
A pesar del impulso a los flujos comerciales y al ánimo de los inversores, el acuerdo comercial UE-EE.UU. firmado en agosto podría afrontar pronto su primera gran prueba. Según el economista de Bank of America Ruben Segura-Cayuela, el acuerdo fue desde el principio "malo e inestable", lastrado por cuestiones sin resolver y por la falta de claridad sobre compromisos clave. Cuatro meses después, gran parte de esa ambigüedad persiste. Elementos cruciales, como los recortes arancelarios prometidos por la UE en bienes industriales, aún no se han ultimado ni aprobado.
También persisten contradicciones sobre el alcance de la alineación regulatoria, especialmente en sectores sensibles como energía, defensa e inversión. La próxima semana, la Comisión prevé presentar en Washington un nuevo plan de aplicación para aclarar estos compromisos. Sin embargo, la iniciativa subraya los desafíos institucionales que enfrenta Bruselas para coordinar acciones comerciales entre los Estados miembros y su autoridad limitada para asegurar su cumplimiento a nivel nacional.
Con la presión política en aumento y la Administración estadounidense vigilando de cerca, la próxima reunión será una prueba decisiva. A cualquier indicio de retraso o marcha atrás por parte de la UE, Washington podría responder con contundencia, lo que reavivaría las mismas tensiones comerciales que el acuerdo del verano buscaba disipar.