El gasto agrícola europeo sufrirá recortes en comparación con el actual periodo de programación según la nueva propuesta de presupuesto a largo plazo de la UE, mientras que la Comisión Europea insiste en que los agricultores seguirán recibiendo la misma cantidad "en sus bolsillos".
La Comisión Europea dio a conocer un presupuesto récord de 2 billones de euros, el mayor de su historia, con cambios y reducciones significativos en la financiación agrícola de la UE respecto al actual periodo 2021-2027. La propuesta confirma informes anteriores según los cuales las subvenciones agrícolas y los fondos de desarrollo regional se fusionarían en un único megafondo de 865.000 millones de euros.
Dentro de este nuevo fondo único, la Política Agrícola Común (PAC) queda delimitada, es decir, se protege una cantidad fija frente a la reasignación, para un gasto agrícola total de 300.000 millones de euros, destinados en su mayor parte a ayudas a la renta de los agricultores.
El término ayuda a la renta ya no se refiere exclusivamente a los pagos directos, que tradicionalmente han constituido el grueso de la PAC, sino que también incluye iniciativas cofinanciadas que antes formaban parte del desarrollo rural, ahora eliminadas progresivamente con la nueva estructura.
Esta línea de gasto de 300.000 millones de euros también incluye una red de seguridad de 6.300 millones, que se trata por separado de las ayudas a la renta, ya que el apoyo a los agricultores en situaciones excepcionales y extremas no debe financiarse desviando fondos destinados a otros agricultores. La red de seguridad duplica la reserva agrícola establecida en 2021 para gestionar las fluctuaciones del mercado, aumentándola de 450 a 900 millones de euros en siete años.
Según la Comisión, el importe de 300.000 millones de euros delimitado representa un mínimo y se espera que represente el 80% del gasto agrícola total. Las inversiones agrícolas adicionales, aunque no es seguro, podrían proceder de otros ámbitos políticos del fondo único, como los fondos regionales, así como del otro fondo europeo de competitividad (por ejemplo, en el marco del programa de investigación Horizonte Europa).
¿Significa esto más o menos dinero para los agricultores?
Hacer una comparación directa con el presupuesto anterior es difícil debido a la diferente estructura general, un hecho que la Comisión ha utilizado para eludir las críticas.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, llegó a afirmar que "la agricultura saldrá reforzada", mientras que el Comisario de Agricultura de la UE, Christophe Hansen, señaló que "el dinero que llega directamente a los agricultores no sufre recorte alguno". Sin embargo, una mirada más atenta a las cifras pinta un panorama diferente.
En el presupuesto para 2021-2027, la PAC recibió 386.600 millones de euros (de los cuales 270.000 millones se destinaron específicamente a pagos directos a los agricultores). Esta cifra general es notablemente inferior a los 300.000 millones de euros "reservados" para la agricultura en el fondo único.
Diferentes expertos en política agrícola contactados por 'Euronews' estiman todos que, ajustada a la inflación, la nueva propuesta representa un recorte de entre el 20% y el 30% en términos reales del gasto agrícola de la UE.
"En términos nominales, hay menos dinero, pero esperamos que, debido a las sinergias con otros ámbitos políticos, el apoyo global siga siendo similar", admitió un funcionario de la UE al margen de la presentación.
La agricultura pierde peso
Simbólicamente, los cambios propuestos subrayan la importancia decreciente de la agricultura en el presupuesto de la UE. Mientras que el presupuesto total de la UE a largo plazo crece de 1,21 billones de euros a 1,816 billones (excluidos los reembolsos del empréstito COVID-19), la parte correspondiente a la PAC cae del 32,2% a sólo el 16,5%.
Ahora sólo representa el 35% del nuevo fondo único, lo que equivale a menos de la mitad del presupuesto global. Esta tendencia coincide con un cambio a largo plazo: en los años 80, la PAC representaba más del 70% del presupuesto de la UE.
Los cambios propuestos reflejan el cambio de prioridades de la Comisión, que ha optado por reducir el gasto en ámbitos como la agricultura y la cohesión en favor de nuevas iniciativas como Defensa y la competitividad.
Reacciones y protestas
El plan presupuestario provocó reacciones inmediatas. Casi todos los eurodiputados que intervinieron en un acalorado intercambio en el Parlamento Europeo con la Comisaria Hansen criticaron la propuesta. "Doblan el MFP, pero nos recortan un 25% de la PAC. No intente vendérnoslo como un éxito", bromeó el eurodiputado Herbert Dorfmann, del Partido Popular Europeo (PPE) de Hansen y Von der Leyen.
Ante las puertas de las instituciones europeas, los agricultores organizaron una protesta simbólica denominada "Miércoles negro de la agricultura europea". En un contundente comunicado, el grupo de presión de los agricultores Copa-Cogeca acusó a la Comisión de desmantelar el aspecto "común" de la PAC mediante "recortes presupuestarios encubiertos" y una "renacionalización completa", enmascarada como "simplificación administrativa".
En un intento por apaciguar las futuras preocupaciones de los legisladores europeos y evitar un mayor malestar de los agricultores, la Comisión introdujo varias medidas nuevas reclamadas previamente por el sector.
Un nuevo mecanismo de ajuste a la inflación permitirá revisar los importes de las subvenciones si la inflación cae por debajo del 1% o sube por encima del 3%, con el objetivo de proteger a los agricultores de la volatilidad de los precios.
Las explotaciones que adopten ambiciosos planes de transformación dispondrán de ayudas de transición de hasta 200.000 euros, lo que contribuirá a reducir el riesgo de innovación en el sector.
Aunque la Comisión espera que estos ajustes mitiguen el descontento, el debate sobre el futuro de la agricultura europea, así como su lugar en la evolución de las prioridades de la UE, se intensificará en las conversaciones que durarán varios meses antes del visto bueno formal al presupuesto a largo plazo.