Desde que Rusia comenzó su invasión a gran escala de Ucrania en 2022, Bruselas y las capitales europeas han dejado claro que esperan desempeñar un papel en cualquier acuerdo de paz.
La UE se opone a un plan de 28 puntos para poner fin a la guerra en Ucrania que, al parecer, están elaborando a puerta cerrada Estados Unidos y Rusia, y exige que cualquier intento diplomático cuente con la participación de los líderes europeos y de Kiev. Se dice que el plan, del que informó por primera vez el medio estadounidense 'Axios', incluye condiciones que serían muy desventajosas para Ucrania, como la rendición completa del Dombás, que las fuerzas rusas no han logrado controlar totalmente, y limitaciones a las fuerzas armadas.
Las revelaciones surgieron en vísperas de una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Bruselas, en la que la guerra de agresión de Rusia dominó el orden del día. "Lo que nosotros, como europeos, siempre hemos apoyado es una paz duradera y justa, y damos la bienvenida a cualquier esfuerzo para lograrlo", declaró a la prensa el jueves por la mañana la alta representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas. "Por supuesto, para que cualquier plan funcione, se necesitan ucranianos y europeos a bordo. Esto está muy claro".
"(Vladímir) Putin podría poner fin a esta guerra inmediatamente si dejara de bombardear a civiles y de matar gente, pero no hemos visto ninguna concesión por parte rusa". A la pregunta de si Europa había participado en la redacción del plan, Kallas respondió: "No, que yo sepa".
El ministro neerlandés de Asuntos Exteriores, David van Weel, también confirmó la no participación europea. "No, no hemos participado en el plan. No sé si Ucrania ha participado en el plan. Pero lo importante para nosotros es que, sea cual sea el plan de paz que se ponga sobre la mesa, Ucrania lo respalde", declaró van Weel. "Sin la adhesión de Ucrania, no se obtendrá el apoyo de los europeos".
Por su parte, el francés Jean-Noël Barrot y el danés Lars Løkke Rasmussen volvieron a pedir un alto el fuego inmediato e incondicional como punto de partida indispensable. Esta postura, respaldada también por Kiev y Washington, ha sido firmemente rechazada por Moscú. "Las discusiones deben comenzar con un alto el fuego en la línea de contacto que permita negociar sobre la cuestión de los territorios y sobre la cuestión de las garantías de seguridad", dijo Barrot. "El único obstáculo a estas discusiones ordenadas, hasta ahora, es Vladímir Putin".
Rasmussen dijo que era importante establecer si el "gran jefe", es decir, el presidente estadounidense Donald Trump, también apoyaba el plan, que al parecer está siendo encabezado por Steve Witkoff, su enviado especial para Oriente Medio. Witkoff es una figura controvertida en Ucrania y Europa debido a su tendencia a abrazar acríticamente los temas de conversación del Kremlin. "No se puede llevar la paz a Ucrania sin los ucranianos y los europeos", declaró Rasmussen a la prensa. "Debemos defender a Ucrania".
¿Europa al margen?
La noticia del plan ruso-estadounidense ha vuelto a poner sobre la mesa la cuestión de si la UE corre el riesgo de quedar al margen del proceso de paz, a pesar de ser el mayor valedor de la lucha de Ucrania por la libertad. Desde la reelección de Trump, el bloque se ha visto alternativamente involucrado y excluido del debate, alimentando la impresión de que a los estadounidenses no les importan sus puntos de vista.
"No veo la gran tragedia", dijo el lituano Kęstutis Budrys, añadiendo que Europa tomaría un papel activo en la "nueva fase" si la hubiera y defendería los principios de soberanía e integridad territorial. "Si hay algo relacionado con Europa, somos Europa, y tenemos que discutir qué es Europa y nuestra seguridad".
Mientras los informes sobre el plan de 28 puntos ocupaban los titulares internacionales, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, intentaba apaciguar las preocupaciones occidentales. "Poner fin a una guerra compleja y mortal como la de Ucrania requiere un amplio intercambio de ideas serias y realistas. Y lograr una paz duradera requerirá que ambas partes acepten concesiones difíciles, pero necesarias", dijo Rubio en las redes sociales. "Por eso estamos y seguiremos elaborando una lista de posibles ideas para poner fin a esta guerra basadas en las aportaciones de ambas partes de este conflicto".
La reunión de ministros de Asuntos Exteriores del jueves representa el primer debate político sobre el "documento de opciones" de la Comisión Europea para apoyar las necesidades militares y financieras de Ucrania en 2026 y 2027, estimadas en unos 135.000 millones de euros en total.
Una de las opciones utilizaría los activos inmovilizados del Banco Central ruso para emitir un préstamo de reparaciones a interés cero a Ucrania, un proyecto sin precedentes. Las otras dos opciones implicarían el préstamo de dinero fresco en los mercados, lo que podría suponer un reto para los países altamente endeudados, cansados de la reacción de contribuyentes e inversores.
La sueca Maria Malmer Stenergard fue una de las que respaldó el préstamo para reparaciones el jueves por la mañana, describiéndolo como un "buen comienzo" para garantizar la justicia. Stenergard pidió que la estrategia del bloque se centre en dos ejes principales: más ayuda para Ucrania y más presión sobre Rusia. Esto, dijo, "cambiaría la ecuación" y obligaría al Kremlin a tomarse en serio las negociaciones de paz. "No puede haber paz sin Ucrania, y Europa tiene que estar en la mesa", afirmó. "Hay muchas conversaciones sobre diferentes conversaciones".