Las autoridades italianas ordenaron el traslado de los menores tras detectar condiciones de vida consideradas inadecuadas y un aislamiento extremo. La decisión, motivada por una intoxicación por setas que activó la intervención de los servicios sociales, ha desencadenado una ola de apoyo.
La historia de una familia angloaustraliana que vivía retirada en los bosques de Palmoli, en la provincia italiana de Chieti, ha desatado un intenso debate en Italia sobre los límites entre la libertad educativa, los estilos de vida alternativos y la protección infantil. Tras una investigación abierta por las autoridades, el Tribunal de Menores de L'Aquila ha ordenado el traslado de sus tres hijos a una comunidad educativa en Vasto, una decisión que ha generado tanto preocupación institucional como una ola de apoyo popular hacia los padres.
Hasta ahora, el núcleo familiar vivía en una caravana y en una casa aislada, sin agua corriente ni electricidad, llevando un estilo de vida en estrecho contacto con la naturaleza. La orden, ejecutada por la Policía, establece que la madre permanecerá con los niños durante un periodo de observación, mientras que el padre seguirá viviendo en la casa del bosque.
La intervención de las autoridades tuvo lugar en octubre de 2024, después de que toda la familia fuera hospitalizada por intoxicación con setas, un episodio que puso de manifiesto sus precarias condiciones de vida.
Tras una inspección, los servicios sociales consideraron que el entorno era inadecuado para el crecimiento de los menores y alertaron, además, de un fuerte aislamiento social. Los niños no asistían a la escuela ni mantenían relaciones con otros menores, un factor determinante en la decisión de suspender la responsabilidad parental.
El abogado de la pareja confirmó la ejecución del decreto y el nombramiento de un tutor legal. No obstante, subrayó que la madre podrá garantizar la continuidad afectiva al residir con los niños en el centro. Según el letrado, los menores se encuentran serenos y en buen estado de salud, aunque la defensa está evaluando si impugnar de inmediato la orden judicial. El objetivo actual es observar la dinámica familiar en un contexto protegido para determinar las medidas de protección más adecuadas.
30.000 personas defienden a la familia
La defensa de los padres sostiene que no se trata de negligencia ni abandono, sino de una elección filosófica y educativa inspirada en el retorno a la naturaleza y a la pureza, lejos de la civilización. Alegan que los niños reciben educación parental, una práctica completamente legal en Italia, y están bajo control pediátrico, cuestionando que la sobriedad material constituya un riesgo. Para la pareja, la separación representa un trauma mayor que la vida en el bosque.
El caso ha generado una amplia repercusión mediática y una notable movilización popular. Una petición en línea ha reunido más de 30.000 firmas para que la familia permanezca unida en su hogar.
Los defensores reivindican la legitimidad de la educación en casa y el derecho a llevar un estilo de vida alternativo, pero será la Justicia quien tenga la última palabra. En las próximas semanas, los informes de los expertos determinarán si los niños podrán regresar a su vida original o si serán necesarias medidas permanentes.