En un gesto sin precedentes en el Vaticano, el Papa Francisco se arrodilló para besar los pies de los líderes guerreros de Sudán del Sur, instándolos a terminar la guerra civil.
El Papa le pidió al presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, a su ex diputado convertido en líder rebelde, a Riek Machar, ya otros tres vicepresidentes que respeten el armisticio y se comprometan a formar un gobierno de unidad el mes próximo.