La policía de Múnich confirmó que se cree que el sospechoso, hallado muerto cerca de Lerchenauer See con un artefacto explosivo, había provocado el incendio de una casa y proferido amenazas relacionadas con una disputa doméstica. Su madre y su hija resultaron heridas y permanecen hospitalizadas.
Se desplegaron más de 500 agentes, que evacuaron las calles cercanas y el recinto del Oktoberfest tras descubrirse una carta en la que se hacía referencia al festival.
Se recurrió a equipos de explosivos para desactivar las trampas encontradas en el interior del edificio. Las fotos del lugar de los hechos mostraban una furgoneta destruida por las llamas.
Según las autoridades, el presunto autor dejó una carta con amenazas contra el festival, lo que desencadenó un registro a gran escala del recinto ferial.
Los trabajadores fueron evacuados mientras la policía rastreaba el lugar en busca de otros artefactos, manteniendo el Oktoberfest cerrado hasta las 17.00 hora local.
Las autoridades evacuaron y cerraron rápidamente el recinto del festival, que suele atraer a millones de visitantes, aumentando los temores por la seguridad en torno a la mayor fiesta de la cerveza del mundo.