El robo, llevado a cabo en apenas unos minutos el domingo por la mañana, vio a los ladrones utilizar una plataforma elevadora para escalar la fachada del edificio, romper una ventana y destrozar las vitrinas antes de huir con varios objetos. El atraco ocurrió aproximadamente media hora después de que el museo abriera, mientras los visitantes ya estaban dentro.
Las autoridades francesas dijeron que el robo ocurrió a poca distancia de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, describiéndolo como una "operación de cuatro minutos" altamente profesional. Uno de los objetos robados, la corona imperial con esmeraldas de la emperatriz Eugenia, adornada con más de 1.300 diamantes, fue encontrado más tarde fuera del museo, dañado. El incidente ha renovado las preocupaciones sobre la seguridad en el museo más visitado del mundo, donde el personal ha levantado repetidamente alarmas sobre la superpoblación y la insuficiencia de personal.
El lunes por la mañana, los esperanzados visitantes hacían cola fuera de la icónica pirámide de vidrio del Louvre a pesar de los cordones policiales y las entradas cerradas. Los funcionarios del museo dijeron que el sitio permanecería cerrado pero no especificaron cuándo reabriría. Se vio a los agentes bloqueando las calles cercanas a lo largo del río Sena mientras los equipos forenses continuaban su investigación sobre uno de los robos de arte más audaces de la historia reciente de Francia.