La protesta estalló después de que el conductor de 47 años José Esqueche fuera tiroteado la noche del lunes y muriera de camino al hospital. Fue el segundo asesinato de un conductor en menos de una semana en el mismo trayecto.
Conductores y vecinos indignados exigieron más seguridad, acusando al Gobierno de no proteger a los trabajadores pese a las medidas de emergencia. Se produjeron breves enfrentamientos cuando la Policía antidisturbios intentó despejar la carretera, bloqueada con vehículos y escombros. Los manifestantes afirmaron que el estado de emergencia sirve de poco para frenar la ola de violencia que afecta a los trabajadores del transporte y a los comercios de la zona.
El presidente José Jerí decretó la semana pasada un estado de emergencia de 30 días, que otorga a la Policía y a las Fuerzas Armadas amplias facultades para entrar en domicilios y practicar detenciones sin orden judicial. El decreto también impone controles más estrictos en las cárceles, incluidas restricciones a las visitas y la destrucción de antenas de telefonía móvil ilegales. El Gobierno sostiene que las medidas son necesarias para combatir el crimen organizado, pero los críticos advierten de que, hasta ahora, no han logrado llevar seguridad a las calles de Perú.