El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha emitido una sentencia histórica que responsabiliza a las autoridades por vulnerar los derechos humanos de los vecinos de A Limia, afectados por décadas de contaminación de granjas porcinas.
Un tribunal español ha dictado este viernes una sentencia crucial en relación con un caso histórico de megacontaminación ganadera en la región de Galicia. Por primera vez, un grupo de ciudadanos españoles presentó a principios de año una demanda contra las autoridades nacionales y regionales por la cría intensiva de cerdos.
"Esta sentencia marca un precedente en toda Europa y abre una nueva vía para todas las comunidades afectadas por la contaminación ocasionada por macroexplotaciones ganaderas", afirma en una publicación de Instagram la asociación Amigas de la Tierra.
Los vecinos afirmaron que la mala gestión de la contaminación provocada por décadas de cría industrial de cerdos ha hecho "inviable" la vida en su comunidad y está poniendo en peligro su salud. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha confirmado ahora que las autoridades nacionales y regionales españolas han vulnerado los derechos humanos de los vecinos, de acuerdo tanto con la Constitución española como con la legislación europea sobre derechos humanos.
El tribunal ha dictaminado que las autoridades no han gestionado los niveles récord de contaminación procedentes de cientos de granjas porcinas y avícolas de la comarca de A Limia. Se ha ordenado a la Xunta de Galicia y a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil que adopten inmediatamente todas las medidas necesarias para garantizar el fin de los olores y la degradación ambiental del embalse de As Conchas y su entorno, restableciendo el pleno disfrute del derecho a la vida.
Las granjas de cerdos han convertido el pueblo en un "estercolero"
La sentencia es un paso decisivo en el reconocimiento de que los efectos devastadores de la agricultura industrial no son sólo cuestiones de política: son cuestiones de derechos humanos. Años de inexplicables problemas de salud, una grave proliferación de algas y la aguda contaminación por olores en la comarca gallega de A Limia han dejado a las empresas en la ruina y a los habitantes temerosos de abandonar sus hogares.
Los culpables son los cientos de explotaciones intensivas de porcino y aves de corral que funcionan gracias a las autorizaciones de las autoridades locales. La contaminación de estas explotaciones ganaderas ha hecho que los residentes tengan miedo de beber agua de los pozos locales o de abrir las ventanas por temor al hedor. Como dice la representante de Amigas de la Tierra, Blanca Ruibal, que ha apoyado el caso, "(El pueblo) se ha convertido en un estercolero".
Los vecinos sufren "innegablemente un daño moral continuado"
Siete vecinos afectados, la Asociación de Vecinos de As Conchas y la Confederación de Usuarios y Consumidores (CECU) contaron con el apoyo de ClientEarth y Amigas de la Tierra para llevar el caso a los tribunales, presentando una demanda contra múltiples autoridades locales, entre ellas la Xunta de Galicia y las autoridades del agua.
Durante las vistas judiciales, los científicos corroboraron sus sospechas sobre el alcance de la contaminación, presentando pruebas de superbacterias resistentes a los antibióticos, consideradas una de las diez principales amenazas para la humanidad. También detectaron una grave contaminación por nitratos en el agua del embalse (que en ocasiones alcanzaba niveles hasta 1.000 veces superiores a los habituales).
Los nitratos son un conocido factor de riesgo de numerosos tipos de cáncer, como el de tiroides, mama y ovarios. En la sentencia histórica, publicada el viernes, el tribunal afirma que "los derechos humanos y la protección del medio ambiente son interdependientes. Un medio ambiente sostenible es necesario para el pleno disfrute de los derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, a un nivel de vida adecuado, al agua potable y al saneamiento, a la vivienda, a la participación en la vida cultural y al desarrollo".
"Los vecinos de la aldea de As Conchas que viven en la zona afectada se encuentran en una grave situación en lo que se refiere al disfrute de la vida cotidiana. Esto incluye la presencia de malos olores, el riesgo de exposición a aerosoles, la contaminación de pozos privados hasta niveles que los hacen inutilizables, la pérdida de valor de la propiedad y un grave riesgo potencial para la salud... el tribunal considera que están experimentando innegablemente un daño moral continuado".
"Esta sentencia histórica nos hace más fuertes"
Esta sentencia sobre el impacto del agua contaminada por la agricultura en los derechos fundamentales de las personas es la primera de este tipo, y se basa tanto en la Constitución española como en la legislación europea para demostrar que las autoridades públicas no cumplieron con su obligación legal de proteger a las personas, incluso de la contaminación perjudicial.
"Después de tantos años de lucha incansable, de abandono e ignorancia por parte de quienes debían protegernos, hoy por fin hemos sido escuchados", declaró Pablo Álvarez Veloso, presidente de la asociación de vecinos de la zona y demandante en el caso. "El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha reconocido lo que venimos denunciando desde hace tanto tiempo: nuestros derechos han sido vulnerados por la inacción de las autoridades contra la contaminación de la ganadería industrial".
Añadió que la histórica sentencia "nos hace más fuertes", y que la comunidad no parará hasta que el embalse "vuelva a ser un lugar de vida, un lugar donde podamos pasear, bañarnos y beber agua sin miedo". Los abogados afirman que el caso allana ahora el camino para que las comunidades que sufren interpongan demandas de réplica en toda Europa, para exigir justicia y protección a sus autoridades.