El lunes, varios especialistas del sector ferroviario hicieron un viaje de seis horas en tren para tratar de encontrar la manera de unificar una red fragmentada, cara y que frena el crecimiento europeo.
El plan de la Unión Europea para impulsar un ferrocarril transfronterizo requerirá una inversión considerable, ya que no será fácil acelerar una red que actualmente es lenta y está mal conectada. El sector ferroviario europeo se reunió el lunes 23 de septiembre para debatir esta cuestión. ¿Y qué mejor lugar para hacerlo que en un viaje de seis horas en tren?
Durante el trayecto de Bruselas a Berlín, los más de 230 participantes charlaron sobre cómo equiparar el continente a sus homólogos. La eurodiputada de Los Verdes Tilly Metz cree que crear una red de alta velocidad es posible, pero requiere una mejor coordinación. "Es realmente una cuestión de voluntad política, porque el dinero podría estar ahí", ha afirmado. En Luxemburgo, su país de origen, el transporte público es gratuito.
El Pacto Verde de la UE para frenar el cambio climático ofrece duplicar el volumen del ferrocarril europeo de alta velocidad de aquí a 2030, y triplicarlo en 2050. Pero está claro que es un problema que llevará tiempo y dinero solucionar.
Europa se queda atrás en materia de alta velocidad
China cuenta actualmente con más de 37.900 kilómetros de líneas ferroviarias que unen las principales ciudades, crear el equivalente en Europa supondría construir y modernizar más de 21.000 kilómetros de vías, según el operador alemán Deutsche Bahn. Sin embargo, algunos temen que la actual diferencia entre las redes ferroviarias nacionales frene la economía del continente.
La falta de ferrocarril de alta velocidad entre las capitales europeas "es una profunda contradicción, emblemática de los problemas del mercado único", afirmaba el ex primer ministro italiano Enrico Letta en un informe de principios de año en el que esbozaba planes para impulsar la prosperidad de la UE. Solucionar el problema "debe convertirse en uno de los pilares de la transición justa, ecológica y digital", añadió.
No es el primero en señalarlo. Un informe de 2018 del Tribunal de Cuentas Europeo describió la red como "un mosaico ineficaz de líneas nacionales no bien conectadas'', ya que la Comisión Europea no puede obligar a los Estados miembros a construir rutas. Hay un beneficio económico potencial. Una red de alta velocidad podría crear 1.500 millones de puestos de trabajo, con ganancias económicas de 750.000 millones de euros y reducir las emisiones de dióxido de carbono en 5.000 millones de toneladas, según la Comunidad de Empresas Ferroviarias y de Infraestructuras Europeas.
¿Por qué no se hace? Georges Gilkinet, ministro belga de Movilidad, declaró que la UE necesita implantar una "red más eficiente" y pidió a la Comisión que ofreciera más subvenciones a los trenes. "Esto proporcionaría un nivel más justo de competencia entre aviones y trenes al reducir el coste de los billetes de tren", declaró a 'Euronews'. "Tenemos que apoyar al transporte más ecológico, que es el tren".
Según un estudio reciente de Greenpeace, la actual infraestructura de transportes europea sigue incitando a la gente a volar en lugar de coger el tren, más respetuoso con el medio ambiente. El 69% de las rutas interurbanas se realizan en vuelos directos y sólo el 12% en tren. Según Greenpeace, en Francia y Bélgica viajar en tren es, de media, 2,6 veces más caro que hacerlo en avión, y en España cuatro veces más.
Jon Worth, experto ferroviario, afirma que el principal problema es la falta de infraestructuras y de capacidad. Anima al nuevo comisario de Transportes y Turismo de la UE, el griego Apostolos Tzitzikostas, a que intente viajar en tren por la UE para darse cuenta de la magnitud del problema. "Muchos lugares tienen más capacidad, pero, por distintas razones políticas, cruzar las fronteras en tren es difícil porque no es la prioridad política", dijo. "Por eso quiero más acción política de la UE".