Varias generaciones de lugareños, entre ellos Amber y su hermana, prepararon sus barcos con claveles y mimosas. El desfile comenzó a las dos de la tarde, y fue seguido de una segunda ronda en la que se lanzaron flores hacia los espectadores.
Isabelle, que participaba por cuarta vez, formó parte de un equipo que distribuyó más de una tonelada de mimosa y 60.000 claveles, dejando al público encantado con sus regalos florales.