La transformación siguió a meses de lluvias superiores a la media en las estribaciones y las tierras altas del desierto, marcando uno de los años más húmedos en la memoria reciente.
Los científicos dicen que más de 200 especies de plantas yacen inactivas bajo el suelo rojo del Atacama durante todo el año, esperando suficiente humedad para despertar a la vida. Este año, las lluvias tanto de la cuenca del Amazonas como de la costa del Pacífico superaron el umbral necesario para la germinación, desencadenando una espectacular explosión de color a lo largo del paisaje. El resultado es una exhibición efímera pero impresionante que ha atraído a miles de visitantes a la región norteña de Copiapó.
El fenómeno floral, que dura solo unas pocas semanas, se ha convertido en un símbolo de resiliencia en uno de los climas más duros del planeta. Para protegerlo, Chile estableció en 2023 el Parque Nacional Flor del Desierto, salvaguardando más de 500 kilómetros cuadrados de campos de flores a lo largo de la Carretera Panamericana. Para noviembre, la mayoría de las flores se desvanecerán a medida que las temperaturas aumenten, dejando atrás semillas inactivas que una vez más esperarán el raro regalo de la lluvia.