Irán afronta un grave episodio de contaminación en Teherán, donde los altos niveles de partículas finas han obligado a cerrar colegios y guarderías al menos durante cuatro días.
A muchos empleados públicos también se les ha pedido que se queden en casa.
La contaminación proviene principalmente de coches antiguos, motos, fábricas y del uso generalizado de combustibles de baja calidad.
En invierno, la ausencia de viento mantiene el aire sucio atrapado sobre la ciudad. Teherán se asienta en un valle rodeado de colinas, lo que agrava el problema durante las inversiones térmicas.
El martes, el índice de calidad del aire alcanzó 164, un nivel considerado perjudicial para toda la población. Algunas zonas han superado recientemente los 200.
Los expertos en salud advierten de que los niños, las personas mayores y quienes padecen problemas respiratorios son los más vulnerables, y las autoridades han empezado a restringir el tráfico y a cerrar algunas fábricas.